Diminutos orificios en la pared celular permiten la entrada a las asesinas de las células tumorales

Un estudio publicado en «Proceedings of the National Academy of Sciences» ha aclarado el mecanismo por el cual las granzimas se introducen en las células infectadas y las destruyen. Los resultados abren la puerta a una futura investigación sobre terapias para el cáncer y las infecciones víricas crónicas basadas en las granzimas.

Las células T y las células asesinas naturales (NK) se especializan en encontrar células del organismo que estén infectadas por el cáncer y diversos virus. Estas células producen granzimas, enzimas especiales del sistema inmune que son capaces de provocar que las células infectadas se suiciden.

Cuando se identifica una célula infectada, las granzimas se «cuelan» de alguna forma a través de la pared celular. Una vez dentro, inducen a la apoptosis, o la autodestrucción de la célula infectada. Los científicos llevan mucho tiempo intentando dilucidar el mecanismo por el cual las granzimas consiguen entrar en las células infectadas, y han propuesto dos modelos posibles.

En uno de los modelos, las granzimas (GzmB) son transportadas a través de la pared celular. Para ello, deben unirse al heparán sulfato (HS) de la superficie celular. Esta teoría del transporte a través de la membrana está bien fundamentada, pero se sabe que la unión de las GzmB al HS puede causar efectos secundarios no deseables. Así pues, para aplicar un tratamiento basado en GzmB a seres vivos habría que encontrar un mecanismo alternativo.

En el segundo modelo, las GzmB se «cuelan» a través de los agujeros que hace una molécula llamada perforina en la pared celular durante el ataque de la célula asesina. Los poros creados por la perforina son tan diminutos y permanecen abiertos durante un tiempo tan breve que los científicos apoyan en su mayoría el modelo del transporte a través de la membrana.

Durante el transporte, las granzimas pueden dañar a las células sanas. Sin embargo, no se pueden acumular en las células sanas si sólo penetran a través de los poros abiertos por la perforina segregada por las células T o las células NK.

Científicos de la Sociedad Max Planck de Alemania han encontrado indicios que avalan el modelo de entrada a través de los poros utilizando una variante de las GzmB que no se unen al HS y es, por lo tanto, incapaz de lograr el transporte a través de la membrana. A pesar de esta limitación, el Dr. Dieter Jenne explicó que «se observó que las células asesinas no eran menos efectivas […] También pudimos demostrar que los poros son lo suficientemente grandes como para permitir la entrada de bastantes granzimas en la célula antes de que se cierren los orificios.»

El estudio amplía de manera significativa la perspectiva de las terapias basadas en las granzimas. El Dr. Florian Kurschus explicó que «lo más apasionante de estos resultados no es que finalmente consiguieran dar respuesta a una cuestión que viene de largo, sino que nuestras variaciones en las granzimas, junto con el conocimiento de que los agujeros de la membrana son el medio más importante para penetrar en la célula, pueden dar origen a mejores métodos terapéuticos para luchar contra los virus y el cáncer».

Para más información, consulta Sociedad Max Planck y Proceedings of the National Academy of Sciences

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