Hemos escuchado varias explicaciones para la demacrada apariencia en la conferencia WWDC: Algunos reportes sugieren que es un efecto secundario del tratamiento del cáncer pancreático que sufrió en 2003. La misma Apple dijo que Steve estaba enfermos antes de WWDC, y que estaba tomando antibióticos al momento de la presentación.
Aceptaremos la palabra de Apple: Steve está bien. Pero su apariencia, unido al hecho de que la vez anterior no dio a conocer su cáncer durante 9 meses, significa que será perseguido con estas preguntas indefinidamente. Apple podría tratar de aplastar la especulación publicando un reporte de salud completo—de la misma manera que lo hacen los candidatos presidenciales—pero no creemos que Steve acepte ese nivel de escrutinio.
Una estrategia más razonable para Apple, y una que tendrán que aceptar tarde o temprano: trazar un plan de sucesión real. Hasta ahora, Apple ha hecho alusiones vagas al plan, pero nada concreto. Aquí está Jobs en una junta de accionistas en marzo, vía Bloomberg:
“Tenemos mucho talento, y creo que la junta tiene muy buenas opciones,” dijo Jobs, de 53 años, “Hablamos mucho respecto a eso.” Los candidatos incluyen a Tim Cook y a Peter Oppenheimer”, dijo.
Pero en algún momento Apple tendrá que ser más específico, y convencer a Wall Street de que tiene una clara idea de lo que va a hacer si necesitara reemplazar a Steve. Incluso si tiene una excelente salud – y esperamos que la tenga—no puede dirigir Apple para siempre. Es tiempo de aceptarlo, y tiempo de empezar a darse cuenta de qué es lo que pasará si la empresa necesitara nueva dirección.
Fuente: Alley Insider