El almacenaje flash es uno de los componentes principales que hace la electrónica de consumo bajo tan flexible. A diferencia de la común DRAM, que necesita enfriamiento constante a fin de retener sus contenidos, la memoria flash permanecerá escrita durante aproximadamente 10 años sin energía. Sin embargo, la flash paga por esa longevidad en tiempos de acceso, que son mucho más lentos que los de la DRAM. La memoria perfecta sería permanente como la flash aunque proporcionando acceso más rápido que la generación actual de DRAM. Los puntos cuánticos, con sus propiedades electrónicas amablemente ajustables, parece que podrían encajar en el proyecto.
Investigadores en Alemania han estado explorando la conveniencia de series autoensambladas de puntos cuánticos para el almacenaje permanente. Un punto cuántico es un pequeño grupo de átomos que está limitado de modo que restringe el movimiento de los electrones, haciendo que todo el asunto actúe como un solo átomo. Las propiedades del punto pueden ser modificadas cambiando el tamaño del grupo o los átomos constituyentes.
Fuente: ArsTechnica
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