Las empresas defienden un apoyo similar al que se otorga a la producción cinematográfica y recuerdan que España es el cuarto país europeo en consumo y está a la cola del desarrollo de productos.
La industria española del videojuego está en pie de guerra. La treintena de compañías que desarrollan estos productos en España reclaman al Gobierno su apoyo para poder competir con las grandes multinacionales del sector, tal y como ocurre en otros sectores del entretenimiento, como el cine y la edición de libros.
Las empresas han propuesto al Gobierno la inclusión de deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades e incentivos a la exportación como vía para impulsar el sector. Este tipo de beneficios fiscales ya se aplican a la industria cinematográfica, que disfruta de una bonificación fiscal del 99% en las ventas al exterior de sus productos, al igual que la edición de libros.
Desde estas compañías recuerdan que los videojuegos deberían tener ya un recocimiento similar al del cine, como contribuidor al acervo cultural del país, tal y como ya ocurre en mercados como Francia y Canadá.
Subvenciones
El Gobierno francés ha acordado recientemente subvencionar hasta un 20% de los costes del desarrollo de videojuegos, hasta un máximo de 3 millones de euros por empresa y año. El requisito para recibir la subvención, a cargo del Ministerio de Cultura, será que el juego tenga «una dimensión cultural». Estas ayudas, que están siendo analizadas por la Comisión Europea, se suman al constante apoyo del Gobierno galo a su industria, tanto desde el Ministerio de Cultura como el de Economía y hasta el de Asuntos Exteriores. Las empresas canadienses, entre los líderes mundiales del desarrollo de videojuegos, junto a la estadounidense, disfrutan de subvenciones por valor del 40% del coste de producción.
En este sentido, los expertos lamentan que el Gobierno español no haya incluído al software de entretenimiento entre los bienes intangibles, como las patentes, marcas, planos y diseños, que recientemente han logrado un tratamiento fiscal especial, dentro de la reforma del Impuesto de Sociedades.
El sector emplea en España a cinco mil personas, de las que sólo un 5% o un 7% se dedican al desarrollo, mientras que el resto trabajan en la distribución de videojuegos producidos en otros países.
La industria del videojuego en España facturó el año pasado 967 millones de euros, con un 12% de aumento, pese a que su patronal, la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (Adese), se queja de que más de un 50% del negocio se lo lleva la piratería. Estas cifras sitúan a España como el cuarto mercado más importante de Europa de videojuegos, a pesar de que ocupe el decimoquinto lugar por desarrollos propios de este tipo de programas para el ocio. Apenas el 0,1% de los casi 1.000 millones de euros obtenidos en ventas el pasado año provienen de creaciones españolas.
Pyro Studios, creador de videojuegos como Commandos –un éxito mundial con más de un millón de copias–, Imperial Glory y Praetorians; Gaelco, con las distinas versiones de PC Fútbol; Mercury Steam, que acaba de terminar el desarrollo de Jericho; Digital Legends y Virtual Toys, son algunas de las principales empresas del sector.
Fuene: Expansión
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