Con el trasfondo de las conversaciones relacionadas con la captación de los 3,400 millones de euros necesarios para completar el presupuesto de Galileo, el sistema de navegación por satélite propuesto por la UE, los grupos interesados se reunieron en Bruselas los días 14 y 15 de noviembre para demostrar la vigencia de su compromiso con el proyecto. En la conferencia se presentó la colección de posibles aplicaciones de Galileo, cuya tecnología ya está, en gran parte, implantada.
La Comisión Europea, tras el cese de las conversaciones que mantenían las empresas participantes en la colaboración público-privada al frente de la fase de despliegue de Galileo, recomendó que los fondos deberían proceder en su totalidad del presupuesto comunitario. La propuesta recibió el apoyo del Parlamento Europeo, como indicó la Eurodiputada Etelka Barsi-Pataky el 14 de noviembre.
El Consejo no muestra tanto interés en considerar la financiación del proyecto con cargo al presupuesto de la UE. La señora Barsi-Pataky aseguró que ambas instituciones buscarían un compromiso. Insistió en la importancia que para los Eurodiputados tiene Galileo en Europa. Las dilaciones producidas en los últimos meses no se deben a Galileo, sino a la tarea institucional de definir la nueva configuración del proyecto.
«Los ingenieros europeos han hecho una labor excepcional […]. La tecnología está implantada. Lo que se necesita ahora es implementarla», comentó la Eurodiputada.
El despliegue de Galileo también tiene expectantes a varios sectores de la industria: desde el transporte hasta la agricultura, pasando por el ámbito policial y judicial, y el patrimonio cultural, la industria tiene claro que Galileo ofrecerá ventajas añadidas.
La tecnología del sistema de posicionamiento global (GPS) está siendo utilizada en muchos servicios de localización, entre otros. Con ella, el seguimiento de mercancías, la conducción por carreteras desconocidas, el cobro de peajes y otras tareas han dado un salto sin precedentes. Sin embargo, se observan zonas de sombra en cuanto a la precisión, fiabilidad y cobertura geográfica, zonas que el despliegue de los satélites Galileo permitirá despejar.
Algunos servicios de localización funcionan peor en interiores, según explicó Stuart Martin, de LogicaCMG. «Aquí es donde salen al campo Galileo y EGNOS [servicio superpuesto de navegación geoestacionario europeo]». Aún faltan por efectuar una serie de simulaciones comerciales necesarias para comprobar si el mercado está listo para Galileo, puntualizó.
Sara Gutiérrez, del grupo empresarial tecnológico GMV, fue la encargada de presentar los resultados del proyecto comunitario GIROADS, diseñado para experimentar las implicaciones de la integridad de la posición para el cobro de peajes.
El proyecto permitió descubrir fallos de cálculo de los sistemas GPS debidos a la imprecisión de la tecnología en la determinación de la carretera en la que se encuentra un determinado vehículo. Estos errores no se observan si se usa EGNOS para localizar la posición de tal vehículo.
«Galileo y EGNOS pueden ser una de las claves de la eliminación del impacto negativo del transporte por carretera y un nuevo repositorio de servicios y oportunidades empresariales», aseveró la señora Gutiérrez.
La demostración de cómo Galileo puede mejorar el cumplimiento de la ley, la provisión de ayuda humanitaria y la gestión de emergencias corrió a cargo de dos participantes del proyecto comunitario HARMLESS.
Uno de los resultados del proyecto ha sido la fabricación de un osmógrafo. Este dispositivo, instalado en perros de búsqueda y rescate, envía información a los responsables de las operaciones, los cuales comprobarán qué zonas han sido ya registradas y qué otras quedan por cubrir.
Paul Richardson, de la Asociación británica de jefes y directivos de policía, expuso con presentación de vídeo la colaboración del GPS en la búsqueda de sospechosos realizada por autoridades policiales y judiciales. La información es bastante exacta pero se anula si el sospechoso se introduce en un almacén. «El GPS funciona, salvo en lugares de difícil acceso. La combinación de GPS y Galileo ayudará mucho en configuraciones complicadas», afirmó el señor Richardson.
Paul Richardson añadió, sin embargo, una nota de cautela: falta por experimentar la facilidad de interferencia y bloqueo de la señal de Galileo. «Con cada nueva tecnología surgen nuevas formas de delincuencia», comentó.
La agricultura quizás sea el beneficiario menos evidente de Galileo. Pues bien, el sistema europeo podría ahorrar millones de euros en aumento de eficacia de la agricultura, según indica Tamme van der Wal, del proyecto comunitario FIELDFACT, ya sea a través de equipos de manos libres o de vehículos agrícolas teledirigidos. Esta tecnología hace posible la extensión del abono de forma regular en todo el campo.
Galileo facilitará, asimismo, la acreditación del transporte de animales y otras actividades, el uso de la tierra y la localización de buques pesqueros, y asegurará la asignación de ayudas agrícolas europeas a quienes las necesiten. A esto se añaden las ventajas medioambientales. De hecho, Galileo será capaz de señalar con precisión los nidos de aves de manera que los agricultores puedan preservarlos.
A las muchas aplicaciones en desarrollo vendrán a sumarse las que deriven de los nuevos proyectos de investigación dotados con cuarenta millones de euros con cargo al Séptimo Programa Marco de Investigación (7PM). La primera convocatoria Galileo correspondiente al 7PM se publicó el 15 de noviembre.
Para obtener más información, consulte http://www.gsa.europa.eu
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