Una de piratas y grumetes, por Alberto García

Albertogm.jpgPrimero decir que no me parece correcto, lingüísticamente hablando, la palabra «pirata» aplicada al tema que nos ocupa. Pirata es una «persona cruel y malvada que asalta barcos en alta mar o aviones que están por las nubes». La persona que nos ocupa mas que pirata sería un clonero: «persona que clona cosas creadas por otros para beneficio propio» (la palabra está en tramite de ser aceptada por la Real Academia, no la busques en un diccionario).

Puestos los cimientos y aclarados los términos vamos a continuar. La informática ha facilitado y puesto al alcance de un público mayoritario, algo que antes se hacia de un modo mas artesanal y minoritario. Se fotocopiaban libros y duplicaba cintas de música o películas, pero sin abusar. Para uso propio, nada de hacer negocio con ello, nada de «top manta», sin especulaciones, casi por motivos personales.

Las descargas en Internet y los CD´s/DVD´s económicos que soportan programas, música y películas han facilitado ese tráfico y permitido una duplicación casi industrial. Programas, música y películas se pueden conseguir al precio que cuesta su soporte. Se compra en el «top manta», se descarga de la red o se duplicada directamente de los originales. Nuestra conciencia parece no sufrir por ello. No hay remordimientos, no nos sentimos ladrones porque no robamos físicamente el producto original, simplemente hemos sustraído su «alma» y la hemos colocado sobre un soporte para nuestro disfrute o para nuestro lucro.

Pero la realidad es que si hemos robado, por muchas vueltas que demos al tema y busquemos justificaciones. Esos productos pueden ser tan caros o tan baratos como su creador o fabricante quiera, nosotros tenemos la potestad de comprar o ignorar la mercancía, él de lucrarse con ella. Pero si queremos disfrutar del producto, deberíamos pagar el precio marcado, aunque nos parezca abusivo, eso es otro tema. Yo puedo regalar mi creación o poner un precio desorbitado.

No estamos hablando de productos de primera necesidad, luego la ética -u otras consideraciones morales- no deben interferir a la hora de marcar precio. El sabrá si las leyes de mercado, de oferta y demanda, van a actuar para conseguir millones de ventas o sólo para vender unos pocos cientos. Es problema suyo.

Así es el capitalismo, yo vendo como quiero y tu compras cuando quieres y si quieres. Si monopolizo que las leyes me paren los pies… pero si lo deseas o necesitas lo compras, si lo pirateas nos vemos las caras. Visto de esta manera da miedo, será justo, injusto e incluso abusivo, pero es lo que hay.

La justificación de que el producto es cultura y debe de estar al alcance de todos es pura falacia. La cultura da mucho dinero, tanto a creadores consagrados (los otros malviven) como a sus distribuidores. También es cultura la buena pintura que sólo podemos ver en un museo (aunque no siempre), pero su compra y disfrute particular sólo se lo permiten unos pocos privilegiados.

La cultura siempre ha sido un negocio de pudientes, de mecenas, que de vez en cuando tiran migajas a la plebe para que disfruten temporalmente de su colección, en esas galerías del pueblo llamadas Museos Nacionales. Alfabetización del vulgo con obras sociales, centros, ayudas y promociones culturales. Pan, circo y ahora también cultura. Creo que me he pasado, sin paliativos. Iba de panfleto.

Tampoco debemos olvidar la permisividad «interesada» de ciertos fabricantes. Para algunos, el tráfico de copias ilegales ha sido un buen método publicitario y una manera de hacer famoso a su producto… sobre todo en las primeras versiones. De la misma manera, todos sabemos el secreto del éxito de la consola de mayor venta en el mercado. No siempre todo es tan sencillo, no siempre los culpables son los villanos.

Si es cierto, que el producto adquirido legalmente puede ser preservado para su deterioro, rotura o pérdida mediante la duplicación. Ese producto puedo copiarle por los motivos anteriores, pero lo que no podría es duplicarle para regalar o vender. Si lo quiero hacer, debería utilizar el producto original. A eso se llama ser honesto, luego cada uno con su conciencia.

Vamos con el tema mas doloroso y morboso, el de SGAE, la versión patria de la estadounidense RIAA. Cuando yo compro un buen cuchillo de cocina para cortar jamón, nadie me puede gravar la compra del mismo con un canon por si me da por rebanar pescuezos… en vez de cortar jamón. Si lo hicieran, la institución que aplicara el canon me estaría considerando desde ese momento un presunto homicida.

La presunción de inocencia existe tanto en el que compra el cuchillo como en quien compra CD/DVD. No se puede hacer pagar a fabricantes y usuarios un canon por si utilizan el soporte para copias ilegales, eso a todas luces es algo bochornoso y denigrante porque entiende que el comprador puede ser un «presunto» ladrón. Pero si nos hace pagar, también nos esta, mediante ese dinero, eximiendo de la culpa. Algo totalmente esperpéntico. Hay otros métodos, pero claro, son mas caros y menos sencillos que marcar un canon y hacer su recaudación.

Es justo que luchen por la defensa de sus socios e intereses económicos, pero esas armas son equivocadas y se están ganando la inquina de todos. La filosofía de «mas vale prevenir que curar» se convierte en «pagar justos por pecadores», toda una salvajada con tufo de prepotencia. Feo, muy feo lo que están haciendo, ya no se les perdona con unos simples azotes o tirones de orejas. Miño malo y consentido, metiendo todo el rato la mano en nuestro bolsillo.

Este maldito Internet está poniendo todo patas arriba, matando a las discográficas, endemoniando a la SGAE, colocando a la justicia en un brete y convirtiendo en piratas a los que eran simples grumetillos. A unos pocos les entran ganas de llorar, a muchos de descargar, a los mas peleones de litigar y otros, mas listos, aplican un canon. Sálvese quien pueda y larga vida a la red.

8 Comments

  1. Anónimo

    Cuánta razón, los más listos son los que aplican el canon, sin duda.

    Más listos que los que pagamos por el trabajo de otros, más listos que los que se gastan dinerales en Princos a «dos duros» (cuando pagan uno de cada dos a la SGAE que tanto odian) y más listos que los creadores de contenidos a los que embaucan y extorsionan.

  2. Anónimo

    Lo tienen todo muy bien pensado.

    El p2p sigue beneficiando a los artistas que más venden. La promoción que se consigue difundiendo discos de música en las redes p2p es una jugada maestra: es rápida y sin costes. No creo que a Alejandro Sanz le vaya mal mientras sus discos esten circulando por la red aparte de la promoción gratuita que se le hace desde cualquier espacio televisivo, radio, prensa o internet ante la publicacion de un nuevo trabajo que funciona como detonante.

    El tamaño del flujo de intercambios de las obras de un artista en redes p2p funciona como un baremo de popularidad de los artistas y cimenta su presencia social con lo cual los artistas siguen consiguiendo los mejores contratos (fiestas populares, certamenes,…) donde se sacan una buena pasta.

  3. Anónimo

    Yo soy de los que piensa que, igual que puedo fotocopiar una sección de un libro de forma legal, porque se considera uso apropiado, de la misma forma debería de ser legal poder utilizar un programa para extraer un archivo en un formato determinado, y volcarlo a un formato diferente.

    Evidentemente, si existe una alternativa libre que permite consumir información en el formato «cerrado», no necesito utilizar el programa con el que se creó.

    Otra cosa, evidentemente, es cómo de cerrada puede ser la información en formato digital, y la realidad es que debería ser, para cumplir la ley, al menos tan abierta como lo eran sus equivalentes analógicos, para permitir los derechos de uso apropiado que mencioné antes.

    Pero esa es otra cuestión…

  4. Anónimo

    Joder, me ha encantado lo de los museos, la cultura… aun lo estoy releyendo una y otra vez. Cuanta tonteria. Y cuanto mal ejemplo, ejemplo eso si de sofismo barato.
    La cultura no le pertenece a nadie. A nadie. Y el que quiera aprovecharse de la cultaura en lucro propio es un ladron y un sinverguenza. Y no lo digo por chuleria, es cuestion de moralidad. La comida cuesta dinero, pero eso no la hace moral _pero si es inmoral que se muera la gente de hambre, no?–. La cultura es tan importante para el desarrollo humano como la comida. Casi hasta mas diria yo. Y la cultura no solo es la Gioconda o el utimo disco del Bisbal.
    A la SGAE yo, la entiendo. Es el gran chollo de su vida, se estan forrando, con el beneplacito de gobiernos, niñatos que salen en la tv y medios de comunicacion (algunos). No entiendo a otros se suben a lo que dicen, van de guays, de creadores –me muero de risa–.
    Lo que no entiendo es lo que aporta este articulo. No entiendo nada. ¿que hay que ser bueno?… que esta mal pero hay que pasar por caja?… que la cultura es un lujo, y hay que pagar para que coman los pobres autores?. ¿que es cultura?… ¿a que huelen las flores?.
    ¿que cuadros tan importantes no estan espuestos y estan en colecciones privadas?.
    Puagg, cuanta tonteria y desiformacion.

  5. Anónimo

    Lo único que dice el artículo es que si creas con tu trabajo algo que es considerado «cultura», tienes todo el derecho a cobrar por ello y no tener que darlo gratis por amor al arte (nunca mejor dicho).

    La libertad personal termina donde empieza la de los demás, decidir que algo que alguien creó no es suyo sin su consentimiento es, en mi humilde opinión, una invasión a su libertad de elegir qué hacer con el producto de su trabajo.

  6. Anónimo

    Al autor del artículos se le olvidan (al menos) dos cosas:

    1. La copia privada SIN ÁNIMO DE LUCRO es perfectamente legal, y eso incluye la música bajada de internet.

    2. La Constitución Española garantiza el derecho de acceso a la cultura.

    Por cierto, entre otros muchos errores, omisiones e imprecisiones, la SGAE no es homóloga de la RIAA (eso sería AFYVE). En EEUU, las sociedades de gestión de derechos de autor (ASCAP, BMI) no están metidas en este berenjenal.

  7. Anónimo

    «Si es cierto, que el producto adquirido legalmente puede ser preservado para su deterioro, rotura o pérdida mediante la duplicación» eso es copia privada legal. La música bajada de internet (si es bajo pago) se incluye, logicamente, en este apartado.

    El acceso a la cultura esta garantizada por el Estado, pero el precio de un producto cultural lo marca el autor o las distribuidoras (a no ser que este subvencionado). ¿El acceso a la cultura me garantiza (en caso que sea cultura) poder tener el último disco de Alejandro Sanz por el mismo precio de un «Quijote» barato en edición de bolsillo?. ¿Que es cultura?, ¿el último disco de Alejandro Sanz es cultura?. Cultura es algo subjetivo, la pintura o el libro hoy denostado mañana puede ser «redescubierto».

    El acceso a la cultura «garantizado» se resume en colegios y universidades públicas, bibliotecas, hemerotecas, museos y exposiciones. Pero cultura es también música, películas, prensa diaria, revistas, libros que no están en bibliotecas, obras de arte en poder de particulares, viajes, etc.. La cultura es algo mas basto y su acceso completo sólo te lo va a permitir tu poder adquisitivo.

    A mayor dinero mayor posibilidad de acceso a la cultura. El dinero marca, siempre, siempre, la diferencia. La cultura que garantiza el estado es para cubrir las necesidades básicas del ciudadano, pero el «hambre» de cultura sólo se sacia con un bolsillo bien repleto de euros.

    No creo que alguien con dinero sea «pirata», en su caso mas seria el morbo que la falta de recursos. Es lo que hay.

    Me reafirmo, estoy contra la piratería pero también contra los métodos utilizados actualmente para erradicarla.

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