Seamos sinceros, todos, todos hemos ido alguna vez a una Feria. Me refiero a una feria de informática que es lo nuestro.
Pero las ferias ya no son lo que eran. Antes había maquinones que esperaban un año a presentarse y albergaban la ilusión que al verlos nosotros temblara nuestra cuenta corriente. Eran de diseño serio y sobrio, tenían sonrientes disketeras, los más pijos, lector de cd y unos monstruosos discos duros de casi 20 Mb. Por cierto, los Mac ya entonces sobresalían de los mortales pcs. Realmente en la feria veíamos novedades y podíamos tocar la fría piel gris de los equipos.
También iban a la feria los responsables de informática de turno, los curiosos usuarios de las empresas, los gerentes y el responsable financiero para controlar una posible orgía de compras. Se cerraban operaciones a pie de stand, así de sencillo. El resto de los mortales ni pisaba la feria. Tampoco les querían los feriantes, total no iban a comprar…
Fabricantes, mayoristas y distribuidores se repartían los stand que se amortizaban con las «ventas de feria». Todos contentos, unos vendían y otros compraban. ¡Qué bonito! ¿verdad?, cuanta belleza, la feria en su estado puro, sublime, seria, auténtica. Feria y mercado casi son sinónimos. Pues bien, eso es lo que antes era, un mercado con sus tenderetes, sus mercancías, sus vendedores y sus compradores. ¿Quién tiene la vez para los Performa?, ¿para los Pentium también es aquí, joven?.
Pues se acabó, finito. Ahora las novedades salen cada seis meses y menos, se anuncian y se destripan los equipos en internet. Nadie quiere ni puede esperar a una feria para presentar productos. El público objetivo (el «target» como dicen los publicistas y que queda más fino) ya no va a las ferias, conoce las novedades y hace meses que realizó sus compras. No hay sorpresas para un informático, ni para un usuario. Eso sí, por lo menos pueden ver y tocar lo que leyeron en internet.
Muchos minoristas han desertado de la ferias informáticas, ya no se realizan ventas de ferias. Vemos como los stand de los fabricantes crecen (cuando no desaparecen) y se convierten en un espacio para el espectáculo. La feria ya es un gasto de marketing. Nos tienen que ver, saber que continuamos en la brecha. Nuestro cliente debe darse cuenta que todavía fabricamos o vendemos.
Bien, ya tenemos la feria informática del siglo XXI. El público no tiene un perfil específico, los niños menores de edad y los bebes en sus cochecitos tampoco, los jóvenes con mochila menos, los recolectores de folletos ni por asomo. Ya es la feria de todos, no de unos pocos, ya es una feria democrática.
La feria es una fiesta gozosa, un espectáculo de luz y sonido (algunos stand tienen un toque discotequero terrible) donde encontramos móviles, aspiradoras e incluso ordenadores. Hay funciones en vivo, azafatas de buen ver, también azafatos, algún famoso, algún alcalde y feriantes descreídos con cara de aburridos. Te dan bolsas, folletos, revistas, bolígrafos, chucherías, empujones, boletos para sorteos, puedes jugar, reir o llorar. Si te sabes mover incluso comes y bebes de balde. Si tienes alma de mangante «descuidas» un equipo portátil. Puedes ir en tu coche, taxi, autobús o metro. Hasta hay viajes organizados.
En serio, las ferias de ahora a mi me gustan más, no reniego de ellas… pero como soy un sentimental sigo prefiriendo el Parque de Atracciones.
Y que no piensen las lengua de doble filo que aquí estoy hablando del SIMO.
Que mala leche, pero tiene su razon. Cambio entrada de Feria por una del Parque.
Pues entonces yo debo de ser una lengua de doble filo… ;D
¡Enhorabuena Alberto! ¡Excelente artículo!
Tiene toda la razón. Que vuelvan los años 80!!! 🙂
no solo los minoristas…
uno de mis mayoristas ya no va a ferias (al menos al simo este año nada).
Otro organiza sus propias ferias con cursos de formacion, me da que son como esos viajes de «conozca lourdes por 3 €» y luego te meten en un hotel hasta que les compras todo 🙂
Una pregunta Alberto… ¿a ti te pagan por escribir estas cosas?
Con las revistas de informatica a mi me empieza a pasar lo mismo. La información en internet acostumbra a ser mas fresca y la puedes personalizar mas. Antes me gastaba 60€/mes en revistas y ahora 39€ en ADSL. Leo las revistas que gorreo a los amiguetes pero solo como tic temporal por aquello de la costumbre. Iré a hacer el mangante a la próxima feria haber si «descuido» un portátil, o dos.