Samsung insulta a los usuarios de Mac con Kies

Samsung quiere competir con Apple en todos los terrenos, y uno de ellos es justo el interior de la misma plataforma de Apple y más concretamente, los Mac. Así, para gestionar algunos dispositivos seleccionados de la compañía surcoreana ha lanzado Kies, una aplicación “a la iTunes” para poder gestionar directamente desde un Mac los terminales de la compañía. Como usuario de un Samsung Galaxy SIII la idea me ha resultado atractiva, pero los resultados no han podido ser más decepcionantes.

Lo que podría haber sido una buena idea simplemente es un auténtico desastre, acompañado por innumerables palabras gruesas. Kies es un insulto a los usuarios de Mac y un fiel reflejo de cómo se hacen las cosas en Samsung y del interés que se toman en ofrecer una experiencia lo suficientemente atrayente como para motivar a “cambiar” a su compañía. Kies es chapucero, descuidado, con un funcionamiento que no sería aceptable ni en una Alpha temprana: para un usuario de Mac, acostumbrado a que generalmente todo vaya como la seda y funcione como se espera resulta una experiencia desesperante que genera una alta tasa de abandono y decepción.

El primer insulto empieza con la descarga de Kies. Una vez en tu poder y tras ejecutar el instalador (que añade al menos un daemon para la gestión del dispositivo conectado) empieza la fiesta: tras la instalación es necesario reiniciar. El problema es que nada más reiniciar y arrancar la aplicación, se descarga “otra actualización” (es decir, otros veintitantos megabytes) y de nuevo hay que volver a reiniciar. Después de esa segunda actualización, hay una tercera para bajar otro set de archivos, y aunque no es necesario reiniciar, de nuevo tienes que volver a introducir tu contraseña de administrador (y van tres) para instalar los últimos flecos.

Una vez arrancado Kies debería salir el Almirante Akbar para decirte: “¡¡Es una trampa!!”. Kies es incompatible con otra herramienta ofrecida por Google para administrar los contenidos de dispositivos Android, Android File Transfer. En vez de comprobar que la aplicación está instalada antes de iniciar la instalación de Kies y advertirte que es mejor (mejor no, imperativo) desinstalar la aplicación de Google antes de instalar Kies, el “marrón” te lo encuentras a toro pasado.

Supongo que nadie en Samsung se le ocurrido pensar que fuera de los restringido que es Kies para gestionar un selecto grupo de teléfonos de la marca, a un usuario de Mac también le podría interesar gestionar otros dispositivos Android, pero “para qué”. Que desinstalen, que desinstalen.

Como soy un señor perseverante, elimino el Daemon de Android File Transfer porque Google no ofrece ninguna herramienta de desinstalación de su App (esa es otra, porque utiliza un script para lanzar el daemon “quieras o no”) y vueeeeelvo a reiniciar para asegurarme de que Kies va a funcionar.

Y en estas enchufo el Samsung Galaxy SIII (teléfono soportado) al Mac con su cable USB (por si acaso) y pasados unos largos segundos la aplicación parece que lo detecta. ¡Bien!

…
…
…
…
(aquí me fui a fumar un cigarrillo)
…
…
…
…
(Ya he vuelto)
…
…
…
Después de unos interminables  minutos de doble dígito el programa por fin reconoció el teléfono y me puso manos a la obra con la primera configuración.

El interfaz de Kies es engañosamente sencillo: realmente mantiene la estructura de una aplicación de gestión de dispositivos con una barra lateral para acceder a las funciones más comunes y unas pestañas superiores en las que hay diferentes opciones.

Pocos segundos después de que el teléfono decidiera, en su inconmensurable misericordia, ponerse de acuerdo con Kies para poder trabajar con el, el programa me ofrece la posibilidad de sincronizar los datos de mi Mac con el dispositivo. Acepto.

Era, evidentemente, otra trampa mortal (llegados a este punto, ya me escocía la nuca de las collejas cortesía del General Ackbar).

15 minutos después tuve que cancelar la supuesta sincronización porque “allí no pasaba nada” nada más que un icono que daba vueltas. Tengo bastante información en mi dispositivo, pero 15 minutos me parecía ya excesivo, incluso si tenía que convertir los datos a un formato compatible con el teléfono. Solo se me ocurre que “quizás”, como mi copia de seguridad está encriptada con contraseña (como todo buen hijo de vecino con un dispositivo iOS debería hacer) Kies se empeñó en sacar la información cuando simplemente no podía. Y como a nadie en Samsung se le debió ocurrir la maravillosa idea de añadir un “timeout” o considerar la posibilidad de que la copia de seguridad estaba encriptada o protegida con contraseña, pues allí se quedó el circulito dando vueltas.

Durante el proceso, por supuesto, Kies se dedicó a acumular recursos: hasta un 30% del procesador. Gracias Samsung.

Lo del interfaz es caso aparte. Nadie en Samsung ha revisado la versión en español del software, por lo que hay continuamente cadenas de texto que no se muestran y quedan ocultas. Pero vamos, a estas alturas uno ya se está convenciendo que le han colocado una “Alpha” como versión final y puede esperarse lo peor.

A lo largo del interfaz te recuerdan también que no estás trabajando en un Mac, sino en un PC. Aprovechando que tenía unas fotos en el teléfono que quería eliminar, las selecciono y le doy a borrar. Las borra todas menos una. “Esa”, ni que le diera 40 veces a borrar. Salgo de la sección de fotos, vuelvo a entrar y de repente veo como desaparece la foto. Vamos, como en las versiones Alpha.

El siguiente paso es hacer una copia de seguridad del teléfono en tu ordenador (SMS, historial de llamadas … etc). todos estos datos van a una carpeta dentro de tu usuario que se llama Samsung. Curiosamente, el icono de sincronización, que tiene una bonita sombra (por decir algo) da vueltas para indicar que se está sincronizando. Y LA SOMBRA, TAMBIÉN.

Cuando llevaba un rato sincronizando los datos la aplicación se cerró inesperadamente. A estas alturas, uno ya no tiene más ganas de seguir probando semejante pedazo de m***** y ya está considerando la desinstalación (afortunadamente, se incluye con el instalador una aplicación para desinstalar Kies – muy cucos ellos-) pero le das una segunda oportunidad (¿o es ya la cuarta?) y vuelves a arrancar.

Pero Kies jamás volvió a reconocer el teléfono. Ni reiniciando, ni forzando la recarga del Daemon, ni esperando lo prudente, lo imprudente, lo impensable y lo exagerado. Allí se quedaba el programa “conectando” hasta que uno pierde la paciencia y le dice que se cancele la conexión. Y entonces, de nuevo y para que te vayas “contento”…

A la hora de desinstalar, de nuevo, sorpresas. Por lo que se ve, alguien hizo bien sus deberes firmando el código de Kies, pero en el desinstalador se olvidaron de hacerlo, lo que deja a un usuario novel ante la única disyuntiva, de, si no conoce el truco para sobrepasar Gatekeeper y ejecutar una aplicación, dejar (ahora ya, sin ningún género de dudas) semejante pedazo de m***** de software en tu ordenador “para siempre”.

Una vez ejecutado el desinstalador, aún te quedan un par de carpetas que borrar: la carpeta Samsung en tu carpeta de usuario y las preferencias de la aplicación en tu librería de usuario > Preferences.

Samsung no distribuye esta aplicación a través de la App Store. Es evidente que Apple podría rechazarla por razones internas, pero lo más probable es que ni tan siquiera pasara los controles de calidad mínimos para ser distribuida por una simple y llana razón: es una chapuza indigna de una marca a la que se le supone la solvencia como para competir con Apple en términos de igualdad.

“Se le supone”, como el valor en la mili.