iWork 2013 codename “Linterna conejera”

Si tuviera que describir la situación en la que se han visto atrapados muchos usuarios con iWork 2013 no se me ocurre otra analogía que nos han cazado como a conejos con linterna.

El brillo, en mitad de la noche de ausencia de actualizaciones nos ha deslumbrado, pero no era el hada buena que nos iba a devolver junto a Bambi. Hemos acabado en el saco.

El primer punto de toda esta historia es saber dónde ha puesto el punto de mira Apple con estas actualizaciones y la gratuidad del servicio.

En Microsoft se han aprestado, en boca de su Jefe de Comunicación Frank Shaw, a sacar a la artillería pesada y a decir que “no es sorprendente” ver que los competidores de Microsoft lancen una “solución aguada” para “impulsar la venta de dispositivos” y tratar de “convencer a la gente que los dispositivos de entretenimiento son realmente máquinas de trabajo”.

Para empezar, la gratuidad de comentarios e inocencia de Shaw llega a conmoverme porque está claro que no se enteran “de qué va la movida”. Para empezar, si sus máquinas realmente fueran tan productivas para el trabajo estarían vendiendo millones (que no es el caso), pero esa es otra cuestión. Si se hubiera sentado a mirar con detalle que han hecho en Apple con iWorks se hubiera ahorrado los comentarios y quedar mayormente como……

Porque Apple no apunta a Microsoft con esta suite descafeinada. Apunta a Google Docs. Si uno se fija bien el modelo, incluso con el tremendo downgrade que han recibido las herramientas de escritorio, es calcado al de Google Docs, desplazando el punto de trabajo directamente desde el ordenador a “la nube”, con tabla rasa para el formato de documento y sobre todo, con un entorno colaborativo basado en web.

Para conseguir esto, claro, han de limitar el alcance de las herramientas de escritorio para que puedan ser compatibles con las limitadas capacidades de una Web App y el “no-entiendo-por-qué” incapacidad de crear versiones más evolucionadas de iWork para el iPhone e iPad. Aumentamos y mejoramos el hardware pero somos incapaces de crear un procesador de textos a la altura. Meh.

Si Shaw hubiera sido listo, éste hubiera sido el momento de anunciar una promoción para Office a precios tan, tan competitivos que hubiera capturado a un montón de usuarios profesionales que confiaban en las versiones de iWork anteriores, llenas de características, con un amplio y generoso diccionario de Applescript (que ha desaparecido) y otras muchas más opciones que han pasado a mejor vida en favor de una versión “light”, sin grasa ni calorías. Pero es que no les da la cabeza para más (y mientras Nokia fabricando cámaras de fotos con teléfono, pero no sigamos por ahí…).

Para el usuario Pro la situación es ahora compleja. De momento Apple ha tenido la delicadeza de permitir la convivencia de ambas aplicaciones en el disco duro con su correspondiente acceso a iCloud, lo que da una moratoria de aproximadamente al menos un año hasta que llegue OS X 10.10 Kalifornication y las herramientas dejen de funcionar por incompatibilidad con iCloud (una forma fina de citar el arte de Birli y Birloque).

Para el usuario de Google Docs que usa Mac, desde luego es una gran noticia. Le permite abandonar (si quiere) el entorno de apps colaborativas de Mountain View para utilizar las de Cupertino. Y los de fuera, los que no tienen Mac, que usen el navegador (como realmente ocurre con el sistema de Google) y ya está.

Los usuarios Pro de las aplicaciones se ven empujados, sin misericordia, a buscar alternativas como Office, mientras, repito, en Redmond “no lo pillan”.

Supuestamente esta es la estrategia correcta para Cupertino, pero de verdad, Apple, a veces me desesperas.