El gran iPad Mini, parte III: jugueteando

Tratar de ponerse al día con un dispositivo en apenas tres días es complicado, sobre todo porque resulta complicado encontrar los vicios ocultos o los problemas del dispositivo. En general su rendimiento es bastante aceptable y está un poco por encima del IPad 2 o esa es mi impresión.

El sistema operativo se mueve con fluidez en general y si tengo alguna queja es del rendimiento de Safari, al que encuentro algo cansino a la hora de renderizar páginas.

Otra cosa son las fotos: si con el iPad resulta un poco ridículo hacer fotografías, con el iPad Mini ocurre lo mismo aunque en menor medida: parece que estás levantando el cinturón de campeón del mundo de boxeo por la WTF Association. Es menos llamativo, pero la experiencia es igual.

Entiendo que en un dispositivo como este es necesario portar una cámara de fotos (de hecho el iPad lleva dos, pero la delantera no cuenta porque es para videoconferencia y no mucho más, su calidad no es para tirar cohetes), pero el proceso de sacar una foto sigue resultando un poco ridículo con uno de estos dispositivos, supongo, hasta que te acostumbres.

Donde más problemas me he encontrado ha sido a la hora de las aplicaciones. No es que sea Mister Exquisito con ellas, pero si me he encontrado con alguna sorpresa, como que no hay un editor decente de Tumblr (curioso) o que algunas aplicaciones requieren “si o si” estar conectadas a internet para funcionar. Como sobre todo el iPad Mini lo quiero para generar y procesar textos, he buscado con mucho interés un editor de texto sencillo que me permita sincronizar de forma transparente con OS X y con soporte para Snow Leopard adicional. ¡Ah! Y que sea capaz de guardar documentos en local. En un momento pensado creí que Google Drive sería capaz de hacerme el papel, pero al final estoy trabajando con Notas… estaré encantado de escuchar vuestras sugerencias.

El resto, más o menos, está solucionado aunque desgraciadamente aún tengo que trabajar con alguna App no lista para iPad, con el consiguiente fastidio de tener que hacer la superampliación x2… nada dramático de todas formas.

Otra de las curiosidades relativas a iOS más que con el iPad Mini es Siri.

Como el Mini está diseñado para salir a la calle, crear recordatorios, elementos para el calendario o incluso dictarle pequeñas notas, tweets, etc… causa un poco de extrañeza a la gente de tu alrededor.

Sinceramente, parece que la relación de los usuarios con Siri parece destinada a la intimidad, pero yo me niego a perder el tiempo cuando esta pequeña HAL me permite hacerlo mucho más rápido. De todas formas es la misma sensación que cuando se empezaron a popularizar los manos libres y había gente que miraba a esas personas que “hablaban” solas por la calle tildándolas de locas. Sospecho que con los años, y a no mucho tardar, esto va a ser habitual y habrá que reinventar una nueva etiqueta social para que esta interacción no resulté molesta a la gente de tu alrededor o no se solape. Será divertido decir, “no por favor, usted primero” de la misma forma que cedemos el paso a una persona… pero para hablar con una máquina.

Otro de mis test de productividad ha sido ver la relación del Mini con un teclado externo. Después de haber hecho varias pruebas estoy bastante convencido de que en futuros viajes el portátil se va a quedar en casa y sólo me va a acompañar el Mini y el teclado Solar K760 de Logitech que es compatible tanto con el Mac como con todos los iPad. Se trabaja muy cómodamente y sobre todo, es una combinación extremadamente ligera y muy polivalente para viajar.

Supongo que me he acostumbrado rápidamente a esta pequeña joya: ayer, en un “facepalm” épico, intenté tocar la pantalla del ordenador. Y solo al rato me di cuenta de que aquello “no funcionaba”.