La empresa como consecuencia, no como objetivo

Como en cualquier tipo de empresa, del sector que sea, el “problema para mucha gente” sigue siendo que somos personas quienes trabajamos. Que trabajemos con máquinas no significa que nos comportemos como tal, por lo tanto no existe ningún método mágico que nos aporte una solución única que garantice el éxito.

Como dicen los de la TeleTienda: Si compras nuestra máquina de hacer ejercicio (aquí ponen un nombre original del tipo: FlyingMuscles) te pondrás cachas en 3 meses…(y es aquí donde te presentan un tío con un pedazo de tableta en lugar de barriga o una chica con unas proporciones impresionantes)… claro!!! y si me comprometo masticar varios segundos cada bocado que doy a la comida, dedicar tiempo a planificar una dieta sana y a la compra en el supermercado, dedicar tiempo a mis hijos y familia, otra parte del tiempo a mis amigos, otra a la lectura de un buen libro, parte del tiempo a mi hobby, otra parte al ejercicio, a pensar, al estudio y formarme para seguir siendo competente en mi trabajo, a mi cuerpo con métodos y cremas, a mi imagen con cierto estilo de ropa que vaya conmigo, a ser creativo-positivo, a mantener una vida social de interés cultural y de ocio, a pasear,…

Del mismo modo, ya metidos en nuestro “mundillo” de la informática, cuando nos intentan vender algún sistema generalista del tipo ágilscrum, etc, siempre nos cuentan todo aquello que el papel soporta sin ninguna queja. Lo que llama la atención es que no nos cuenten los escollos habituales, los problemas de implementarlo como sistema único e incluso los fracasos (que son muchos) tras un tiempo de “imposición por las buenas”.

Leo en las noticias la cantidad de éxitos millonarios de pequeñas empresas que comenzaron desde cero y empiezan a tomar forma en mi mente las posibilidades de intentarlo: -“hago una aplicación para smartphones y me forro”, -“creo una pequeña empresa y se la vendo a Facebook”, -“conozco una empresa de cinco personas que hicieron un juego y ahora cotizan en bolsa”…, es decir, todo se resume a: -“voy a crear una empresa y si tengo un poco de suerte pego el pelotazo”.

Desgraciadamente esta cultura del pelotazo está muy establecida desde hace unos años, y no solamente en este país, ya que internet es muy propicio a “vender humo” debido a su principal característica, la libertad de aportar desde cada individuo ¿Es esto algo negativo? en absoluto, lo negativo es que nos creamos todo lo que nos cuentan. Es un medio, o un mercado, tan joven que aún nos falta madurez de asimilación en muchos aspectos.

Es a partir de la toma de esta decisión cuando comienzo a recibir las mil y una dudas acerca de crear una empresa:

¿Como creo mi empresa de software?¿Que tengo que hacer para conseguir una subvención?¿Podríamos considerar una empresa de software como una cadena de trabajo al estilo de una línea de construcción de coches?¿Cuánta importancia tiene la idea?¿Implementar un sistema de trabajo del tipo Ágil significa que tendré éxito?¿Como me tengo que comportar para conseguir un cliente? La respuesta por mi parte siempre es muy clara: Tal vez… puede que sí… o puede que no… depende.

Entonces ¿Cual es el sistema idóneo para comenzar con una empresa de software? Esta es la sutil diferencia inicial para dar nuestros primeros pasos: Con una empresa, o En una empresa. Si es EN una empresa, la respuesta es sencilla: cumplir con los conocimientos que se exigen en sus requisitos de contratación. Pero si lo que queremos es CON nuestra propia empresa, el camino es más complicado y en el que nos vamos a centrar a partir de ahora.

Voy a intentar transmitir las típicas consultas que me hacen aquellos que quieren comenzar en nuestro sector y las muchas opciones que se dan, pero teniendo en cuenta lo que no podemos obviar y que se suele olvidar por el camino: somos humanos…. con lo que ello implica. Pero por favor, tened muy en cuenta que nunca existirá una fórmula mágica para lograr el éxito, por el contrario la única variable de la que dependerá nuestro futuro será de “nosotros mismos”.

El primer consejo

– Crear una empresa debe ser una consecuencia, nunca un objetivo.

Algo habitual suele ser que mis alumnos me consulten: -“Queremos montar una empresa para desarrollar aplicaciones”. En el caso de no contar, o conseguir, algún tipo tipo de ayuda financiera, el tiempo se suele encargar de matar las ilusiones. En caso de conseguir subvenciones para comenzar, dicha empresa suele durar lo que dura la subvención.

El nivel de fracaso suele ser de un porcentaje altísimo. Si no disponemos de recursos, es muy complicado mantener la motivación suficiente durante mucho tiempo y por el camino se van quedando las ganas y la ilusión. Si se cuenta con varios miembros, van abandonando parcialmente por diversos motivos, por ejemplo, “me han ofrecido un trabajo” o “ya no dispongo de tanto tiempo para dedicarle al proyecto”.

Por el contrario, me han llegado a sorprender otras iniciativas que comenzaron de manera esporádica, sin más motivación que el puro entretenimiento, sin mayor objetivo que el seguir aprendiendo en función de las propuestas que les ofrecían. Nunca se les pasó por la cabeza el crear una empresa formal, eran conscientes de sus propias limitaciones, tanto económicas para invertir, como de conocimientos empresariales.

Llegaron a sorprenderme con su consulta: -“Tenemos tanto trabajo que necesitamos justificar esos ingresos”. Entendí que habían logrado su éxito y me recordó por qué los Business Angels  no invierten en ideas sino en personas, en equipos, en proyectos. Es la línea que separa a aquellos que llevan escrito en la frente la palabra “dinero” de los que disfrutan con su “saber hacer”. No ponían en práctica ninguna metodología, o por lo menos no eran conscientes de hacerlo, simplemente disfrutaban con su día a día y los resultados eran satisfactorios para ambas partes, la del cliente y la suya propia.

Podría concluir, siempre bajo mi perspectiva, que el éxito te encuentra, que es una consecuencia de un trabajo más pasional que técnico. Lo contrario sería un mantenimiento típico de aquellas empresas dedicadas y con fuertes recursos, humanos y/o económicos, pero para los que se quieran iniciar con medios más modestos tienen que buscar sus virtudes, sus potencia diferencial, en el equipo humano, en su motivación emocional y en su disfrute de lo pasional.

Siempre suelo poner el mismo ejemplo: me han demostrado en muchas ocasiones que alguien con un lápiz y un papel consigue sorprenderme con un dibujo, algo que yo no lograría jamás con el mejor programa de dibujo del mundo.

Luis Berganza presenta programas swobre nuevas tecnologías y colabora como iniciador de talleres experimentales para iOS y Android en desarrolloweb.com. Además imparte clases de desarrollo web (HTML5, CSS3, Javascript,…) Android, iOS, Xcode, Jquery Mobile,… Programas de diseño, IDEs, … y desarrolla aplicaciones comerciales para PYMES en web y nativas en diferentes plataformas. Puedes contactar con el a través de su perfil de Linkedin, vía Twitter o a través de su perfil en www.faq-mac.com.

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Xavier
Xavier
9 years ago

Tan claro y didactico como siempre,
Un saludo

Yules
Yules
9 years ago

Muy agradable la lectura de tu artículo, aunque lo de la empresa también responde a un contexto general en el que los medios se han confundido con los fines, quizá porque somos una generación de herederos y no sabemos lo que vale levantar las cosas desde cero o desde escombros. Esperemos que no tengamos que recordarlo de la peor manera posible, aunque nos va a costar un pico el que el rescate de la banca nos haya permitido no averiguarlo a corto plazo. 😉

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