Charlas (apócrifas) con Steve, I

persona_steve_jobs_4.pngLlevaba ya un rato esperando en una habitación contigua al despacho de Steve desde hacía al menos media hora. Era una estancia grande, con una mesa para 6 personas y un sofá en forma de U delante de un gran ventanal. Oscurecía en Cupertino y la amable chica que me había llevado hasta allí entró por tercera vez a preguntar si quería algo más. Pedí otra agua “AppleWater-bottled in California“. Aquello era una especie de “ready room” o cuarto de descanso donde retirarse en medio de la jornada laboral. Discreto, austero, pero muy cómodo. De repente, la puerta del otro lado de la habitación se abrió y Steve entro con paso decidido y cara de cansancio. Jornadas interminables de trabajo. Presión constante. Agotamiento.

Me levanté como un muelle y Steve sonrió. “Cuanto tiempo!“. Cruce de manos. palmadas en la espalda. Sonrisas. La chica apareció inmediatamente con un carrito con agua, una cafetera, té, leche … Steve, con cierta parsimonia, se sirvió un té earl grey, se dejó caer unos segundos sobre el sofá, se quitó las gafas, se frotó los ojos … suspiró.

– Tienes que estar muy cansado, no se si debería haber venido, le hablé en tono quedo.

– Deja, Deja. Mis días son todos así (o casi) desde que volví a Apple, parece mentira que hayan pasado ya más de 10 años desde mi retorno ….

– No podían vivir sin tí. Risas. Más risas. Steve se para un momento y reflexiona.

– Levantar Apple ha sido una tarea difícil estos últimos años. Recuerdo que cuando salí de Apple, salí furioso. Cuando volví, era otra persona. Había adquirido perspectiva, y también es verdad que me desesperaba ver lo que estaban haciendo con la compañía que yo había creado. (cuando Steve empieza a hablar, lo mejor es dejarle … siempre te contará algo interesante).

Amelio no era un mal tipo, y se hizo las preguntas correctas, pero eligió las respuestas equivocadas. El primer problema que se planteó era lo corto de la gama de Apple en relación con el mercado externo. Para Amelio, abrir la gama suponía hacer un escalado de precios para que los mac fueran accesibles a todos los bolsillos.

Su solución para aumentarlas ventas fue ampliar la gama. El problema con el que se encontraron a la hora de ampliar la gama es que en aquella época, sin internet y con la gran complejidad a la hora de mover envíos internacionales pequeños, era imposible crear un “configurador de unidades” y no se podía crear una oficina de “configuración de unidades” en cada zona (ni siquiera en cada país) puesto que esto hubiera supuesto un problema de stock de piezas de tecnología extraordinariamente específica como la que se usaba en los Macs de aquella época.

Así que la única solución pasaba por fabricarlos y distribuirlos. Y se crearon tantas versiones del Performa, con diferencias tan pequeñas unas de las otras que costaba saber de que ordenador estábamos hablando.

Al final, cientos de unidades de Performas que no habían tenido éxito acabaron en una chatarrería de Massachusets. Se perdió dinero. Se perdió, sobre todo, prestigio. Y eso me dolió.

La segunda gran iniciativa para reflotar Apple fue la de licenciar la plataforma de hardware para crear clónicos. Yo literalmente me arrancaba mechones de pelo cuando me enteré: ¿cómo era posible?. Nuestro negocio era crear ordenadores (entonces, y me guiña un ojo). Al final, llevábamos camino con esa política de entrar en la dinámica de Microsoft: ser desarrolladores de software de una plataforma de hardware que tarde o temprano se nos hubiera escapado de las manos. De hecho, los fabricantes de clónicos empezaron a crear máquinas más potentes que las nuestras, y a mejor precio. Es la ley de la competencia. Y empezamos a dejar de vender máquinas para ganar un royalty misérrimo por nuestro sistema operativo por una máquina que deberíamos de vender nosotros y no ellos. Vamos! (y eleva la voz), como Microsoft pero en pobre!!. Eso no podría ser.

steve_22.pngAsí que cuando me llamaron para volver, yo ya tenía unas ideas MUY claras de lo que iba a hacer. Como en toda “Buena vuelta” lo primero es sacar las tijeras de podar y empezar a recortar todo lo que sobra, a reunir recursos y “momento” para poder avanzar. No fue un paso atrás, pero si tuvimos que parar un momento para afinar el plan que yo traía.

Mucha gente me considera como un tío muy listo. Bueno, en realidad, lo soy (risas, Steve echa un largo trago de su té). En realidad soy una persona práctica dentro de mi “burbuja de distorsión de la realidad” (Steve hace un gesto con las manos, y me parece estar viendo una viñeta de Joy of Tech. Más risas).

Mira, yo lo único que he hecho ha sido adaptar ideas que ya habían funcionado en Apple y segundo y más importante: adaptar el pensamiento asiático al mundo occidental. ¿Cuál crees que es el ordenador más importante de la historia de Apple?, me pregunta, de repente.

– No se … no podría decirte uno solo. Quizás el SE?

Casi, contesto Steve. El Mac Plus. Y la frase, nunca te fíes de un ordenador que no puedas levantar jamás tuvo tanta importancia cuando volví a Apple. Después de la poda le tocó el momento a la reconstrucción. Nuestro principal negocio eran los ordenadores, así que había que revitalizar primero este segmento como fuera.

– El primer paso fue el iMac. Tres puntos claves: el uso de tecnologías estándar similares a las que los PC habían estado utilizando a lo largo de los últimos años para que los fabricantes de periféricos solo tuvieran que crear drivers. Y por supuesto, se acabo el uso de memorias raras, de slots propietarios y zarandajas similares.

El otro tema era el aspecto. Cada vez los Macs se parecían más a las horribles cajas grises de los PC. El G3 fue el último Mac gris y sinceramente, no hubo una cenicienta más cenicienta entre todos los ordenadores que hemos fabricado como el pobre G3. Fue una máquina de transición, donde probamos gran cantidad de cosas que luego irían en sus sucesores.

El iMac, en realidad, solo respondía al éxito que tuvo en su momento el Mac Plus, el SE y el SE Color. Y era además un segmento de mercado por el que nadie se había vuelto a interesar. Nosotros conocíamos las virtudes y defectos de un ordenador así y supimos fabricarlo, y venderlo.

El iMac nos permitió ganar algo que los anteriores CEOs habían derrochado. Prestigio. El Prestigio vale tanto o más como un buen y saneado paquete de acciones cuando pretendes renovar tu empresa. Si eres un zafio, y anuncias nuevos productos, tus nuevos productos serán zafios para el público en general, aunque por las circunstancias sean … buenos productos.

Steve para, se toma un respiro, se sirve otro té…. se arranca:

– En medio de toda esta historia, vino el desplome de nuestro principal negocio hasta entonces. Esta es una historia en la que hay varios actores y que nos sirvió mucho, mucho para aprender como hacer las cosas a partir de ese momento.

Nuestro negocio primario entonces eran las artes gráficas. Todo descansaba en tres pilares: los desarrolladores de software que ofrecían a los usuarios los programas adecuados para un nivel profesional dentro de este sector, los distribuidores y puntos de venta que vendían nuestras máquinas y nosotros que las suministrábamos. Y por un tiempo todo fue bien.

Sin embargo, al final todo acabó como una tragedia griega. Y nos sentimos apuñalados por nuestros socios “en el negocio“. Los vendedores hinchaban desproporcionadamente el precio de nuestros ordenadores, que ya eran mas caros que la media de por si, con lo cual, la venta de Macs se reducía solo al mercado profesional de alto nivel. nada más. Los desarrolladores de software, viendo bajar las ventas y peligrar su negocio, se volvieron al lucrativo mundo de los PC/Windows omnipresentes y baratos y al final aquellos que se supone que deberían de vender Macs acabaron vendiendo PC´s con programas de Adobe, de Quark y de Macromedia. Y como este era nuestro mercado profesional, el de las artes gráficas, simplemente nos fuimos a la mierda con la gama profesional.

Steve hace una pausa. Respira. Se nota que esta parte de la historia de Apple le duele.

– Al final fue como el asesinato de Julio Cesar en la escalinata del Senado. Entre unos y otros, cada uno con sus intereses, lo mataron y allí lo dejaron. A nosotros nos pasó igual, pero menos mal que el iMac nos salvó lanzándonos de nuevo al mercado de consumo. Luego conseguimos una gama Pro decente con el G3 y G4, y pudimos hacer el siguiente paso que faltaba en mi plan: la MUY CLARA diferenciación de gama en entrada, consumo y profesional, el configurador de unidades como la posibilidad de tener muchos Performas y la posibilidad de expandirnos hacia otros mercados.

Eso si, de aquello aprendimos mucho, mucho y a nuestra pequeña manera, hemos pasado factura directa, indirecta o inconscientemente a muchos artífices de lo que llamamos aquí el “incidente de las escaleras“, tanto entre los distribuidores como entre los desarrolladores.

Fíjate como es el mercado el vídeo ahora en Apple: mantenemos un mercado creativo con una solución vertical que no pasa por ningún fabricantes de terceras partes. Así podemos optimizar y maximizar la experiencia de usuario sin tener que vigilar constantemente nuestras espaldas. Y fíjate también como hemos atado precios y ventas: no queremos que nadie gane más que lo que nosotros decidimos que tienen que ganar. Es duro, pero es así. Se puede ganar dinero vendiendo cosas de Apple, pero esto no es atar los perros con longaniza como antes.

Steve se para un segundo … – tengo hambre – se levanta, abre la puerta y da instrucciones.

– Ahora nos traerán unas ensaladas y algo de picar. Estoy famélico … y sonríe. Luego seguimos.


apócrifo, fa.

(Del lat. apocry̆phus, y este del gr. ἀπόκρυφος, oculto).

1. adjetivo. Fabuloso, supuesto o fingido.

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Juan Tatay - silta
Juan Tatay - silta
16 years ago

Enhorabuena por esta charla apócrifa … espero con ansiedad las siguientes.

Gracias (supongo que a alf…). Saludos,
silta

Peines
Peines
16 years ago

Simplemente genial, tanto, que parece irreal…

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