Finalmente el Cristo se le apareció y le obligó a cumplir sus requisitos, para que creyera. Terminada la inspección, Jesucristo exclamó “¡Dichosos los que creen sin ver!”.
Pues algo así debe pensar Jobs de los que no han comprado su iPhone sin necesidad de mayores pruebas, y a ellos les dedica esta delicada pieza publicitaria.
En el interior os lo ponemos en toda su gloria.
Fuente: Macdailynews