Apple TV en España

Tras el anuncio del nuevo Apple TV el pasado evento del 1 de septiembre por parte de Steve Jobs, muchos usuarios españoles comenzaron a “mirar con cariño” el nuevo dispositivo que sustituía a la ya antigua unidad blanca que se escondía en los cajones de algún mueble en el salón.

Sin embargo, pocos minutos después de finalizar la Keynote, y tras la apertura de la tienda en línea de la compañía para nuestro país, pudieron comprobar que el nuevo Apple TV no estaba disponible para reserva … y evidentemente, no lo estará para compra.

La ausencia de este dispositivo entre la gama de productos que comercializa Apple en España es, en parte, evidente: orientado a servicios de streaming no disponibles en la piel de toro, su disponibilidad no tiene sentido para Cupertino, pero otras circunstancias relacionadas, como el interés por parte de los proveedores de internet de cambiar el modelo de negocio de la conectividad a internet hacen aún mas compleja la comercialización de Apple TV.

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El nuevo Apple TV, al carecer de almacenamiento interno y la posibilidad de añadírselo (no cuenta con ningún puerto USB adicional al que conectar un disco duro), basa todas sus capacidades en la conectividad a través de WIFI o Ethernet (siempre cabe la posibilidad de usar un disco duro NAS) para descargar los contenidos desde servidores, actualmente desde la tienda de Apple para series de televisión y películas, Netflix, YouTube y las películas de los usuarios en MobileMe.

España no cuenta con ninguno de estos dos servicios de pago para la distribución de contenidos: ni la tienda de Apple ni Netflix están disponibles, y esta circunstancia no depende de ninguna de las dos compañías, sino de los propietarios de los contenidos.

Tanto las discográficas como los grandes estudios cinematográficos consideran a España como un país maldito donde la piratería de películas y series, según estas empresas, les hace perder gran cantidad de beneficios. Por ello, es lógico para estas empresas no distribuir contenidos salvo bajo los canales de venta tradicionales: soportes físicos, canales de televisión y salas de cine.

Esta política, sin embargo, podría ser un grave error, tan sencillo como evidente: la gente, el público, quiere contenidos y si no tiene plataformas sencillas y con precios ajustados donde comprarlos, se va a dirigir directamente a donde pueda conseguirlos. Y si es a través de plataformas de descarga “alternativas” lo realizará desde allí. Hay diferentes plataformas ya establecidas para poder acceder a este tipo de contenidos a través de proveedores de televisión como la plataforma Imagenio de Telefónica o la proveedora ONO a través de cable, pero en muchos casos, estas plataformas tienen dos problemas a la hora de relacionarse con sus usuarios: los precios son caros y la usabilidad de sus plataformas es compleja: la selección de una película para alquilar y la realización de la compra en ocasiones resulta compleja para el usuario medio , ya que requiere tener muy claro que está haciendo y porqué, y los interfaces de compra no son precisamente amigables.

A este problema se puede añadir que las mismas empresas que gestionan internet disponen de sus propias plataformas de contenidos y puede que no estén muy dispuestas a hacer hueco a un competidor sobre sus mismas infraestructuras.

Por si esto no fuera suficiente, durante los últimos meses se ha abierto un debate en España sobre el acceso a Internet entre las operadoras que controlan el mercado y los usuarios. Aunque en general, las grandes operadoras (con Telefónica a la cabeza) niegan que estén estudiando la posibilidad de tomar medidas para priorizar tráfico en las redes de par convencionales, modificar el modelo de negocio para poner límites a los anchos de banda de usurario y en general, establecer un internet por tramos en el que solo los que mas paguen tendrán acceso a velocidades y anchos de banda ilimitados, solo estas discusiones hacen que bajo una plataforma políticamente poco estable y que ya de por si no tiene la calidad de servicio con la que cuentan otros países, Apple encuentre difícil intentar el despliegue de su plataforma de distribución de vídeo en España, empezando por llegar a acuerdos con los estudios cinematográficos y de televisión, poco proclives a hace tratos cuando se trata de España al que consideran uno de los peores mercados de Europa y el mundo.

Apple

De momento está poco claro que quiere Apple para su dispositivo en los países en los que no tienen tienda de contenidos. De hecho, uno de los puntos mas importantes de este dispositivo es la garantía. En Cupertino aún no han publicado a fecha de hoy la correspondiente documentación sobre la garantía del producto en su web, donde podría consultarse un detalle esencial: la cobertura de la misma.

Apple comercializa varios productos con garantía internacional, que implica que da igual donde compres el dispositivo: independientemente de su lugar de compra, por ejemplo, los iPod o los portátiles de Apple tienen un tipo de garantía que permite acceder a los servicios técnicos en cualquier lugar del mundo (este tipo de garantía, por ejemplo, no está disponible para los iMac o Mac Pro, que solo tienen garantía en el país donde fueron comprados). Aunque Apple no comercialice el Apple TV en España, con este tipo de garantía sería posible comprarlo en Estados Unidos o en cualquiera de los países europeos donde Apple si lo comercializa y poder traerlo a España con la seguridad de que si hay un problema técnico, los servicios técnicos autorizados españoles podrán reparar la unidad en el caso de un problema.

Todo lo relacionado con el nuevo Apple TV en España flota, en la actualidad en un limbo en el que no hay nada claro. Y eso es un mal asunto. Apple, por su parte, no ha respondido a las solicitudes de comentarios acerca de las razones por las que no se comercializa el producto en España, incluso para apuntar lo mas evidente y aunque el propio Steve Jobs comentó “de pasada” que se iban a abrir mas tiendas de contenidos para el Apple TV en el futuro, posiblemente España no esté en esa lista o no, al menos, para una apertura durante los próximos meses.

Solo la Comisión Europea podría hacer, en estos momentos, palanca para conseguir algo que Apple lleva mucho tiempo esperando y que las discográficas y estudios torpedean constantemente: un acuerdo marco para todos los países de la comunidad económica europea que permita tiendas paneuropeas con acuerdos para todos los países que permitan una mejor y mas sencilla distribución de los contenidos.