Namaste, Steve Jobs, por Alf

Namaste steve jobsAsí, como en las grandes películas, Jobs se despide de la vida pública, con un fundido a negro, sin aspavientos, sin gestos grandilocuentes. Sin Booms ni Amazings.

Tantos años de centrar toda la atención mundial en sus conferencias de presentación de productos y eventos y su auténtica grandeza como líder único puede apreciarse en su elegante paso atrás para no perjudicar a la empresa que fundó hace poco más de 25 años. Ni por aferrarse al cargo más allá de lo su salud le ha permitido, ni por romper la baraja y dedicarse a vivir dedicado a sus hobbies (si es que tiene alguno aparte de la música y su familia).

El hombre capaz de concentrar las miradas de millones de personas durante una hora, ha planificado su paulatina retirada para evitar que nadie sufra por ello.

Así, con el saludo que tanto le gusta hacer en sus gestos, Namasté, Steve Jobs. Gracias por todo

El ordenador en que trabajo, las llamadas que realizo, los libros que leo, la música que compro, las películas que alquilo… todo se realiza en aparatos que han salido de la empresa liderada por Jobs. Los productos de Apple han cambiado la forma en que yo (y muchos millones de personas por todo el mundo) interactuamos con otros, tanto profesional como personalmente.

Desde mi Macintosh Classic Color, que tengo guardado en el trastero, pasando por el PowerMac 7100, algún Performa, el primer iMac G3 azul (en el que tantas horas pasé jugando al MDK), las torres G4, el PowerBook 17″, los iMacs en tantas encarnaciones diferentes… impresoras, unidades ópticas, … la mayor parte de mi vida ha girado (involuntariamente) alrededor de aparatos con manzanas mordidas.

Por supuesto, todo empezó con un amigo que me dijo que lo yo necesitaba era un Mac. Fuimos a un SIMO, al stand de Raxon y compré (encargué) uno. Ni sabía quién era Steve Jobs, ni me importaba. Ni siquiera sabía por qué ese ordenador era mejor que el PC que todos utilizábamos para los trabajos de la universidad.

¡Quién me iba a decir que aquel inocente acto era el principio de lo que se ha convertido en el eje de mi vida!

“Life is sad, and life is a bust, all you can do is do what you must. You do what you must do, and you do it well.” (La vida es triste, y la vida es complicada, todo lo que puedes hacer es hacer lo que debes, y hacerlo bien)- Bob Dylan, uno de los ídolos de Jobs en Buckets of Rain del disco Blood On the Tracks

No voy a caer en el absurdo de darle las gracias a Steve Jobs, como si estuviera él con el soldador y los guantes fabricando cada aparatito que sale de Cupertino, pero cuando “llevas” con alguien tanto tiempo, no cabe duda que desarrollas afectos -incluso aunque nunca te hayas encontrado cara a cara con él. Todos los que hemos utilizado un chat sabemos que, con el tiempo, establecen relaciones de lealtad que pueden ser igual o más fuertes que las que tienes con personas a las que ves todos los días.

Steve Jobs, porque conoce cada detalle de lo que pasa con los productos que fabrica su empresa, porque ha participado en todos los aspectos de su fabricación, desde el diseño exterior, hasta la organización interior, incluso muchas veces en cómo se van a comercializar y con qué servicios, merece que todo el mundo (tecnólogos o no) se quite el sombrero antes su capacidad para ver cuál es el camino, incluso pasando por encima de gigantescas corporaciones que parecían ocupar todo el espacio.

Que bajo la dirección de Steve Jobs Apple haya pasado de estar a punto de declarar bancarrota (según sus propias declaraciones) a ser la segunda empresa con mayor capitalización del mundo (y durante unas horas la primera), habla de la dimensión como empresario que tiene “el tito Jobs”.


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Apple tiene cuatro patas bien asentadas que la sostienen (ordenadores, música+iPod, iPhone e iPad), un negocio en vías de desarrollo que quita el sueño a fabricantes de consolas y que hace soñar a los desarrolladores de aplicaciones: AppleTV, y un campo de batalla donde Apple tendrá que dar lo mejor de si misma si quiere triunfar: iCloud.

O sea, Apple tiene buenos cimientos pero en absoluto está conformándose con su suerte. Los sectores en los que domina (sobre todo iPhone e iPad) están en plena convulsión y la competencia es fiera hasta el punto de no poder soltar ni un centímetro las riendas, o corren el riesgo de perder el rumbo y la posición.

La herencia de Jobs se basa en analizar minuciosamente lo que ofrecen los demás, decidir qué es lo que más importa para el usuario y lanzarse a por ello con toda la potencia de la marca y de los recursos que tienen.

Jobs ha demostrado que se puede ser un líder carismático, minucioso, perfeccionista, implacable, y que no sólo no sea un obstáculo para creatividad sino que ésta florece en su más pura expresión, desarrollando productos que nadie pensaba que calarían tan rápidamente en los mercados.

Durante muchos años se escribirán artículos sobre Jobs, sus lecciones, su estilo, su herencia, etc. se intentará analizar desde todos los ángulos sus acciones. Y a base de intentar meter el bisturí nos acabaremos olvidando que era una persona real, que vivió mucho, sufrió mucho, amó mucho y -seguramente- ha llorado mucho.

Y que, como los auténticos grandes, prefiere desaparecer cabalgando hacia el horizonte y dejar que su mito haga el resto.

¡Gracias por el viaje, Steve Jobs!

Nota:

NAMASTE.

Esta palabra, nativa del idioma Hindi y el Sánscrito, es una expresión de saludo utilizada alrededor de Asia del Sur originado en India. Se utiliza tanto como el hola y el adiós del idioma español. Usualmente se acompaña por una inclinación ligera de la cabeza, hecha con las palmas abiertas y unidas entre sí, ante el pecho. Es usada sobre todo en el contexto de las culturas budistas, particularmente para acercarse a un superior.

Námaste también es usado en el contexto de las prácticas de yoga como un saludo de encuentro o despedida, con la mera intención de expresar buenos deseos. A veces se malinterpreta como un saludo exclusivamente entre yoguis.

Etimológicamente proviene del sánscrito namas: ‘reverencia, adoración’, y te (dativo del pronombre personal tuám: ‘tú, usted’): ‘a ti, a usted’, obteniendo como significado, “yo te reverencio” o “me inclino hacia ti”.

Más allá de su etimología, esta palabra, unida al gesto de unir las manos, infiere una conexión hacia la persona que va dirigida. Esto se debe a que en el hinduismo, la palma derecha representa la planta de los pies de Dios y la palma izquierda representa la cabeza del devoto.

Y viéndolo en un contexto religioso, la persona que hace el gesto de unir las dos manos elimina sus diferencias con la persona a la que reverencia, y se conecta con ella. La mano derecha representa la naturaleza más alta, la espiritual, mientras que la izquierda representa el ego mundano.

La inclinación de la cabeza es una inclinación simbólica de respeto.

Tomado del blog de Marimer Navas y también en la Wikipedia

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Anónimo
Anónimo
12 years ago

Pedazo articulo, comparto todo lo que comentas muy bueno Alfonso, esperemos que Apple siga sorprendiendonos con nuevos productos de calidad como hasta ahora, solo el tiempo nos dirá si esto es así.
Y al igual que tú ¡Gracias por el viaje, tito Jobs!

Anónimo
Anónimo
12 years ago

Hacerlo Premio Príncipe de Asturias.

Se lo merece.

Anónimo
Anónimo
12 years ago

Buen artículo, me ha emocionado.
La verdad es que como Jobs hay pocos, por su carisma, su clarividencia, su perfeccionismo. Un magnífico empresario que se ha hecho a si mismo. Y me da mucha pena que se haya tenido que retirar cuando de hecho le quedaban unos cuantos años como CEO de Apple. Y me da pena porque Apple ya no será nunca más la misma. De verdad espero que sigan liderando la vanguardia de la tecnología de consumo y que por muchos años nos sigan porporcionando los mejores productos que sean capaces de crear.
Pero me apena pensar que nunca más volveran las míticas presentaciones con el esperado One More Thing y con toda la magia y espectación que rodeaba la presentación de un nuevo producto. Pero que le vamos a hacer. El mundo cambia y además muy rápidamente y este día tenía que llegar.
Mucha suerte Steve y gracias por todo.

mamimeu
mamimeu
12 years ago

Buen artículo, me ha emocionado.
La verdad es que como Jobs hay pocos, por su carisma, su clarividencia, su perfeccionismo. Un magnífico empresario que se ha hecho a si mismo. Y me da mucha pena que se haya tenido que retirar cuando de hecho le quedaban unos cuantos años como CEO de Apple. Y me da pena porque Apple ya no será nunca más la misma. De verdad espero que sigan liderando la vanguardia de la tecnología de consumo y que por muchos años nos sigan porporcionando los mejores productos que sean capaces de crear.
Pero me apena pensar que nunca más volveran las míticas presentaciones con el esperado One More Thing y con toda la magia y espectación que rodeaba la presentación de un nuevo producto. Pero que le vamos a hacer. El mundo cambia y además muy rápidamente y este día tenía que llegar.
Mucha suerte Steve y gracias por todo.

Anónimo
Anónimo
12 years ago

No es descabellado reconocer que Jobs ha proyectado detrás de sus productos algo más que herramientas de trabajo, consumo y ocio. Ha generado un estilo de vida, no cabe duda. El espíritu del spot 1984 (considerado por los propios publicistas profesionales del ramo como el mejor spot de la historia) continúa vigente hoy en día, e hila perfectamente con el discurso y colofón que Jobs hizo en la Universidad de Stanford.
Pues sí, un millón (como se dice por Asturias), Steve Jobs. Y este cuento aún no se acabó 😉

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