Lo peor que podía pasar, parece que ha pasado. Los de MoBuzz, después de lanzar un órdago diciendo que si no les salvaba su público (en una maniobra de ética discutible), tendrían que cerrar. Pero que se irían sin deberle nada a nadie, devolviendo las donaciones (ya que conseguir menos de 120.000 €, no servía para mantener la empresa a flote durante tres meses), se irían, reculan y dicen que “gracias por la propina”.
Pues sólo han conseguido 32.300 euros. Si necesitaban 120.000 para tres meses, quiere decir que cada mes consumen 40.000 euros. O sea, que no tienen ni para un mes.
Pero dicen que ya no se van. Que todo lo que no han conseguido desde que abrieron en marzo de 2005 (¡tres años y medio!), lo han conseguido en una semana, gracias al llanto y al pataleo.
En mis escuelas de negocio, uno diría que una empresa que en tres años y medio no ha conseguido ser viable es que, efectivamente, tiene que cerrar. Pero claro, yo no tengo amigos influyentes que miren hacia otro lado y que defiendan el derecho a estar en bacarrota “por la coyuntura”.
Resultado: la comunidad, creyente, una vez más decepcionada y engañada -¡qué ilusos, pensaron que eran necesarios!. No se trataba de un órdago, todo o nada. Como mucho era un envite, y con las cartas marcadas.
Si hay que hacer caso a Enrique Dans (que supongo yo que sí, porque pasa de escribir en “neutro” a hacer una actualización en primera persona del plural), después de tres años y medio “la compañía no tenía dinero para pagar las nóminas y otros gastos inmediatos, no tenía acceso a financiación, y veía los acuerdos con socios potenciales distanciados alrededor de unos tres meses.”
Y de repente, porque del árbol caído todos hacen leña, ha habido una reacción super-positiva de la comunidad en términos de donaciones de todo tipo (no solo directamente económicas, sino también de hosting y de otros elementos que permiten reducir temporalmente los costes y mantener la actividad).
El fundador de Mobuzz, en el último vídeo que han publicado, concede graciosamente, admite caritativamente, se dispone generosamente, a ¡enviar un correo electrónico a los donantes explicándoles la situación! ¡Pero es que ese no era el trato!
Mobuzz esta Vivo from Anil de Mello on Vimeo.
Ahora lamento haberme hecho eco de sus problemas, porque me considero abusado -una vez más- en mi candor. Pensé que de verdad “estaban dispuestos a irse haciendo ruido”, pero a irse (y yo no quiero que se vayan) si no conseguían los mínimos que ellos mismos se habían marcado. Que salgan adelante… ¡pero así no!
Tomar el dinero y a correr… ¡qué decepción!
A todos los que han donado y están contentos de haberlo hecho ¡felicidades! que nada empañe vuestra alegría. A todos los que han donado y ahora se sienten engañados… lo siento. Es lo que tiene considerarse “parte de una comunidad”.
Pd.: Gracias a Rasti por abrirme los ojos.
