He tenido la oportunidad de trabajar con el mejor servicio de asistencia técnica, con trato personalizado, profundos conocimientos técnicos que no tiene reparos en compartir e incluso con videos personalizados de los progresos, con charlas casi diarias por mensajería instantánea y lo mejor de todo, acompañado por dosis enormes de cariño. Es la ventaja de que Albert Lozano acepte reparar tu ordenador.
Mac-club (la comunidad creada, mantenida y sostenida por Albert Lozano) fue el primer lugar al que me apunté, recomendado por un amable -entonces te atendían gratis- operador de Apple, cuando yo era un creativo aislado en un pueblo de la sierra con un Mac y muy pocos conocimientos.
La labor de Mac-Club (junto con la LSPM) de enculturización de los locos que nos atrevíamos a meternos con un ordenador de Apple cuando todo el mundo cantaba que las ventanas se comerían a las manzanas, es incalculable -por eso es una deuda que nunca pagaremos suficientemente, la mayor parte de nosotros dedicados a transmitir a nuestra vez aquello que hemos aprendido.
También Mac-Club hizo algo que hoy sigue dando frutos, que es la sensación de pertenencia a una comunidad, y que ha sobrevivido a la extinción de los GUMs, las ferias, las revistas… da igual por donde nos encontremos, en red o en el mundo real, los que pertenecemos a Mac-Club somos una hermandad.
A lo largo de los años, fui el eterno pendiente a su Calçotada, siempre queriendo ir pero, a la hora de la verdad, nunca teniendo el dinero, el tiempo o la oportunidad de asistir (y aún, después de 20 años, ¡no he desistido de hacerlo!).
Como en relaciones tan largas, hemos tenido altos y bajos, alta intensidad y baja intensidad, pero siempre hemos estado en contacto, si quiera aunque haya sido en brevísimos encuentros en las Campusmac que se celebraron en Barcelona durante algunos años -ahora han vuelto al origen, en Mollina (Málaga).
Reunidos ahora alrededor del “brasero” de Facebook, en una conversación informal amenacé con enviarle unos altavoces que parecía que su batería había muerto. El muy pardillo (con perdón) dijo que vale, y -como soy de los que piensan que las oportunidades hay que aprovecharlas al máximo- de paso que empaquetaba los altavoces añadí un MacBook blanco que tenia averiado, un MacBook Air del que había dejado de funcionar todo menos la pantalla y un MacBook Pro que me habían dado porque estaba para el desguace.
Todo lo acompañé con una carta en la que relacionaba las taras que tenia cada equipo y la advertencia que “lo enviaba sólo por si le apetecía”, sin ningún tipo de compromiso ni esperanza por mi parte.
Afortunadamente, igual que yo aprovecho las oportunidades al máximo, Albert no sabe ponerse “un poco” a las cosas. O se mete, o no se mete. Y se metió.
Empezó por los MacBooks, atendiendo a cada uno con lo suyo: al MacBook blanco hubo que cambiarle el disco duro, y el chip de Bluetooth, al Macbook Air le resoldó un chip -aunque advirtió que seguramente sería necesario cambiarlo completamente y me advirtió que el maula que le había echado un vistazo en el Apple Store lo había dejado hecho unos zorros, y el MacBook Pro… bueno, ese estaba realmente inservible, así que se lo doné para que tuviera piezas de repuesto para otros equipos que pudieran llegarle.
Todo ello aderezado por conversaciones diarias sobre los progresos y vídeos cuando los equipos volvían a la vida.
Hoy es el día que, meses después de las reparaciones, el Macbook blanco sigue disfrutando una segunda juventud, el MacBook Air vuelve a funcionar -aunque haciendo buena su predicción el chip Bluetooth volvió a fallar y estoy a la espera de sustituirlo y los altavoces (el origen de todo)… siguen en el banco de Albert a la espera de que aparezca una batería que encaje en el formato.
Con todos los años que llevo peleando con los Mac, jamás -y he probado muchos- me han tratado tan bien y me han atendido mejor que esta experiencia con Albert Lozano.
Por todo ello, a mi enorme deuda de gratitud por las incontables horas dedicadas a lo largo de su vida a dar generosamente sus conocimientos y su tiempo, ahora tengo también que poner en el debe haber recuperado dos ordenadores que el servicio técnico (incluida Apple) me decía que estaban para el contenedor del reciclado.
Chúpate esa, Apple.
[Actualización]
Si quieres unirte a Mac-Club, puedes hacerlo en su web: mac-club.net o a través de Facebook: página de Mac-Club
Genial. Qué gran tipo.
Alberto (y Angie) son extraordinarios. Una persona con sabiduría, sentido del humor, cultura, conocimientos, bonhomía… Gran persona!
¡Ey Alf!
En el MBAir lo que falla no es el chip bluetooth, es el Southbridge, que se cuida de Bloetooth y más cosas.
…Y que algún día habrá que reemplazar.
Me estoy poniendo colorado con tantas y tan merecidas alabanzas.
No he tenido nunca el gusto de conocerlo en persona pero si de leer los artículos que publicaba en la desaparecida revista MacWorld.
Recuerdo uno en particular que escribió cuando estuvo en la MacWorld de San Francisco, la que se celebraba en Enero y coincidió con el rodaje de la película “La Red” (la de Sandra Bullock) si no recuerdo mal.
Siempre me ha parecido una persona sencilla con unos conocimientos increíbles y no lo que te sueles encontrar ahora gente que parece que ha fundado Apple y no tienen ni idea.
Al igual que tú, Alf, siempre he querido asistir a la Calçotada pero entre una cosa y otra…
Joer con el corrector, escribi “inmerecidas” y el tio puso “merecidas”
Mis disculpas 🙁
😆 Sí, sí, ya, ya, claro, el corrector… :—)
Ah, la MacWorld Expo de SF! [i][modo abuelo cebolleta on][/i]¡Ya no se hacen expos como aquéllas![i][modo abuelo cebolleta off][/i] Estuve con Alberto en la de 98 y ya nunca más pude volver, una pena. ¿Conservas todavía la Palm que compraste entonces?
Alberto, Àngels y Mac—Club son de las mejores cosas que le pueden pasar a cualquiera en esta vida y, posiblemente, también en la otra.
Ellos y la comunidad que han creado me han permitido disfrutar de la amistad y generosidad de personas a las que, de no ser por ellos, nunca habría tenido el placer de conocer.
Mac—Club no es solamente una fuente inestimable de ayuda técnica sobre el mundo Apple, también es uno de esos lugares donde se pueden sostener conversaciones inteligentes y educadas con multitud de personas. No es que quienes formamos parte de esa comunidad carezcamos de defectos, pero nos obligamos a controlarlos cuando escribimos allí.
Disfrutar una calçotada en su compañía es un lujo que nos debemos dar al menos una vez.
Y nadie habla de Seker? 😉
#6
Sí, la Palm debe de andar por algún cajón, aunque la ultima vez que la puse en marcha no funcionaba.
Si la encuentro la repararé, aunque sea para pasar el rato.
Lo que sí tengo y sé donde está, es un Newton que sí funciona, hasta con un teclado externo y su funda.
Me parece que al primer coleccionista que pase por casa se lo regalaré que siempre estará mejor que enterrado en un cajón.
#8
Seker fue toda una experiencia cómo proveedor pionero de Internet en el estado español, pero también una mala experiencia a nivel personal cuando uno de los socios de la empresa tramó y urdió para que conseguir una mayoría del capital con la intención de hacerse con el control y echarme a mi. Cuando vi el panorama no quise luchar, me fui y adios muy buenas. Tampoco le salió bien la jugada, unos meses más tarde el resto de socios se dieron cuenta de qué iba y lo echaron a él.
Mac-Club estuvo dentro de Seker durante un tiempo. Pero había Mac-Club antes de Seker y después de Seker
Ostras, la LSPM!!!! Cuando se me fue la flapa y solté medio sueldo por un modem de 14.000 “baudios” como el sumun de la velocidad, lo primero fue bajarme el navegador Nescape (no venían de serie) y luego apuntarme a la LSPM.
No solo se aprendias un montón, como dice Alf, tenias la sensación que había alguien más que tu con esto de los macs en el Mundo. Y Alberto, un referente.
Mis respetos y mi gratitud. =D>
Escribo estas líneas para hablar de Alberto y Angeles, a los que conozco desde los tiempos de la LSPM, despues de Seker y ahora en Mac-Club.
Siempre me supo mal no poder ir a California con ellos hace muchos años, ya que se anuló el viaje por problemas con la TWA, (Recuerdas Alberto?). Pero siempre he intentado estar con ellos en alguna calçotada, o en alguna fiesta que ellos han montado. La verdad es que siempre ha sido una persona servicial y amable (me intentó reparar un Air el año pasado) pero no tenia arreglo. Pero al menos lo intentó. Gracias por todo, Alberto, por tus enseñanzas, tus columnas en MacWorld y MacUser, las calçotadas y tantas cosas que nos han unido a los usuarios de Mac en concreto y de internet en general. Mi experiencia con el Mac (desde el 89) no hubiera sido tan gratificante sin personas como tu. GRACIAS ALBERTO
¿Alberto? Pero si es un mito, como la chica de la curva. Es imposible que exista una persona como él. 😉
Lo he seguido con altibajos desde el 89 también y me parece uno de esos hombres que nos reconcilian con el ser humano.
¿Siguen celebrándose las calçotadas? Ahora que vivo por Cataluña, me gustaría poder aprovechar alguna vez para conocer a toda esa gente reunida a su alrededor.
Me sumo a los agradecimientos por todo lo que nos ha regalado a lo largo de estos años.
Hombre, mbaz, yo aprecio mucho a Alberto, pero me quedo con la chica de la curva 😀
#12
Precisamente el próximo sábado, 28, celebramos la calçotada del 2015. Así que aun estás a tiempo. 🙂
En mac-club.net está la info.
He añadido al final del artículo los enlaces para todo aquel que quiera unirse a Mac-Club, bien a través de Facebook o bien a través de la web.
Y estoy de acuerdo, todos los elogios a Albert son merecidos, ganados y justificados 🙂
A través de la web no puedes regístrarte…
¿Qué problema tienes con el registro? Dame los datos en un privado y te doy de alta manualmente.
Es extraño ya que ayer se dieron de alta nueve personas sin problemas.
???
Un hombre de la vieja escuela, no hay duda, de cuando la satisfacción personal se valoraba tanto o más que el dinero. Lástima que esa no sea la cara visible de la tortilla en esta época y lo que predomina sea gente que intenta sacar el mayor zumo posible del prójimo con acitudes profesionales de opereta basadas en el disfraz y la jerga.
Aunque no lo conozco personalmente, vaya aquí mi saludo reverente en la convicción de que son las personas como él las que son dignas de aprecio y respeto, aunque no lleven animalitos bordados en la ropa.
Si todos juzgásemos a los demás por lo que nos aportan realmente y no la expectativa de que caigan algunas migajas para nosotros desde sus mesas de banquete, otro gallo cantaría.