Confesiones sobre el nuevo Mac Pro

Dentro de unas semanas tendré la posibilidad de echarle mano a uno de los nuevos Mac Pro. Para muchos usuarios fuera del mundo Apple esta especie de “concept computer” no es más que un artificio tecnológico y no tiene valor añadido más allá del propio humor que inspira su carcasa. Sin embargo, el nuevo Mac Pro habla mucho por sí mismo incluso sin decir nada.

Cuando Phil Schiller presentó el Mac Pro al mundo, soltó una frase que arrancó carcajadas al público en general, pero su adusto gesto no era precisamente el de una persona que estuviera bromeando. Aquella frase “Can’t innovate anymore, my ass” que traducida libremente quiere decir “que ya no somos capaces de innovar, los cojon*s” sorprendió mucho porque Apple no es precisamente una empresa a la que le guste soltar bravuconerías en público. Muchos especialistas en hardware enarcaron sus cejas y no ha faltado quien ha repetido esa frase típica que asegura que “con la mitad de ese dinero me construyo yo un PC más potente”.

Bueno, en esta ocasión no es verdad. Diferentes intentos publicados en internet de construir un clon del Mac Pro con sus mismas capacidades han demostrado que resulta imposible, con la actual tecnología disponible por los fabricantes de hardware tradicionales, fabricar una máquina capaz de competir con el nuevo Mac Pro. “Resulta imposilbe” de hecho, es una frase cortés para la cruda realidad, que han fracasado miserablemente al ser incapaces de reproducir las capacidades técnicas y de ni siquiera acercarse al propio aspecto del Mac Pro, tan denostado y puesto en solfa pero que supone un delicado trabajo de ingeniería de diseño.

Así, un sitio web especializado en la construcción de ordenadores por los propios usuarios y que intentaron construir el Mac Pro más caro posible se encontraron con un desfase de 2.000 dólares y la imposibilidad de igualar el diseño discreto en tamaño del Mac Pro, además de no poder igualar algunas de sus características clave como Thunderbolt 2 o sobrepasar el límite de 32 GB de RAM (cuando el Mac pro es capaz de llegar a los 64 GB).

Hay que entender que el Mac Pro no está pensado para todo el mundo y su precio refleja a un nicho de usuarios específicos con capacidad de sacarle un retorno de la inversión que justifique su compra, pero eso no quiere decir que si tienes el dinero y las ganas de comprarlo no puedas simplemente acercarte a una Apple Store y llevártelo debajo del brazo. Tecnológicamente hablando es una máquina que deja muy claro, a pesar de muchas opiniones contrarias, que Apple es capaz de seguir innovando hasta un punto en el que sus competidores en un segmento específico tienen que hacer esfuerzos considerables para alcanzarla.

Para mi el nuevo Mac Pro es “un capricho confesable” que se aleja muchísimo de mis necesidades reales como usuario, aunque ya desde 2011 tenía muy claro que este iba a ser el camino que iba a tomar Apple. De hecho, el pequeño Mac Mini es mucho más que suficiente para mi, pero eso no quiere decir que no sea capaz de admirar la propia grandeza de esta máquina que es seguramente (y nunca mejor dicho) el “oscuro” objeto de deseo de muchos de nosotros cuando se acerca la hora de reemplazar nuestro Mac por una unidad más moderna.

Pero ya os contaré que tal funciona cuando lo tenga en mis manos.