Applevolución

appleogo_azul.pngCualquiera que siga con un poco de interés la evolución de Apple puede percatarse que la compañía de Cupertino se encuentra actualmente en el inicio de un importante proceso de evolución que va mas allá de las propias expectativas del mercado. No es la Apple de hace 20 años y ni tan siquiera los mas optimistas analistas dedicados a la manzana podrían haber especulado la situación actual de la compañía: número uno en nichos de mercado que Apple ha abierto con gran éxito, una cartera llena de dinero en efectivo y sobre todo, la percepción por parte de público e industria de liderazgo no solo en ideas e innovación, sino también en la creación de modelos de negocio que otros no pudieron abordar, arrastrados por el mainstream de la industria que entiende que el primer paso para ocupar la cabeza de las listas es la guerra de precios.

Pero, ¿cuales son las claves de esta evolución? y sobre todo, ¿tendrá éxito?: algunas de las maniobras de la compañía, que de momento solo son parcialmente visibles, apuntan a una involución en algunos aspectos clave y esa es una de las maniobras no le salieron nada bien a Apple en el pasado. Pero tampoco era la misma compañía, ni tenía un catálogo de productos tan diversificado y sobre todo, cuotas tan altas de mercado.

Conectividad

Apple se caracterizó en el pasado por sus interfaces propietarios. Cualquier fabricante de dispositivos que quisiera beneficiarse de los productos de Apple tenía que licenciar los derechos de interfaces para crear dispositivos que resultaban extraordinariamente caros debido a la testimonial cuota de mercado de la plataforma Apple. Con la llegada de Jobs, Apple inició un profundo proceso de reconversión en el que se abandonaron estos interfaces propietarios o poco utilizados para pasar a usar elementos comunes de la industria de los ordenadores: se abandonó el SCSI, se introdujo el USB, se desestimó el uso de memoria RAM especial (y este punto causó gran alegría entre los usuarios) y sobre todo, se abandonó la dependencia de los procesadores PPC para saltar en brazos de Intel. Este abandono se debió mucho más a problemas técnicos y de evolución que a decisiones estratégicas, pero el salto, al final, le ha funcionado bien a Apple y le ha permitido alinearse durante estos años en términos de rendimiento al mainstream de la industria de ordenadores que claramente estaba aventajando y dejando muy atrás a la compañía de Cupertino.

Sin embargo Apple está realizando ahora un movimiento a la inversa: comienza a separarse de las corrientes generales de la industria para seguir su propio camino usando sus propios diseños y recursos. El primer ejemplo claro de este paso es el conector propietario de los dispositivos con iOS. Si Apple no hubiera tenido claro el éxito de esta plataforma, iniciada por el iPod y continuada por iOS, simplemente hubiera licenciado un conector miniUSB para todos sus dispositivos (como ha hecho el resto de la industria) pero prefirió crear un conector especializado con la esperanza (que se cumplió) de poder liderar primero el nicho de la música y luego el de la telefonía y el consumo de información móvil con el iPad. A este paso le ha seguido Thunderbolt, como interfaz unificado de datos para tareas incluso muy dispares como gráficos, audio, transmisión de datos e incluso futuras comunicaciones como IP sobre Thunderbolt, una implementación que no creo tardemos mucho en ver en futuras versiones de su sistema operativo.

La tendencia, desde luego, va a ser hacia la eliminación de interfaces de comunicación físicos, evolucionando hacia el almacenamiento (y ejecución) de aplicaciones de forma remota (la archiconocida “nube”): no sería de extrañar que en futuras generaciones de Mac se limitaran los puertos USB a dos, desapareciera definitivamente Firewire en los próximos Mac y que el ubícuo puerto ethernet pasara a ser una opción adicional y no un componente de serie para las gamas de consumo.

El segundo paso que ha dado Apple, y del que estamos viendo el inicio con Mac OS X 10.7 Lion, es la unificación de sistemas operativos. El éxito de iOS y los millones de dispositivos vendidos le va a permitir a Apple el unificar los hasta ahora muy diferentes sistemas operativos en uno solo para toda la plataforma: dispositivos móviles y ordenadores. Apple quiere hacer esta maniobra por razones muy evidentes: la primera para reunificar el desarrollo del sistema operativo en un único troncal y no en dos divisiones separadas y la segunda, que los desarrolladores puedan crear aplicaciones para “todos” (con todo lo que ello significa) los dispositivos de la compañía, de forma que una aplicación para el iPhone pueda ser ejecutada en un ordenador (y viceversa).

Otra pista al respecto de esta unificación de sistemas operativos y desarrollo de aplicaciones es el aparente interés de la compañía por unificar también el desarrollo y despliegue de sus propios procesadores, diseñados específicamente para el hardware de la empresa y que le permitan controlar de forma estricta no solo el rendimiento, sino también las herramientas de desarrollo. Los primeros rumores de que en Cupertino comienzan a jugar con ordenadores con la serie A de procesadores de la compañía ya se han comenzado a desplegar y la propia Intel ha hecho público que está interesada y dispuesta a fabricar chipsets para Apple, incluso si la compañía deja de utilizar sus procesadores, construidos alrededor de una plataforma mas genérica disponible para todos los fabricantes y que no se adaptan como una segunda piel a los ordenadores de la compañía de Cupertino, cosa que busca Apple desde hace tiempo para diferenciarse en términos de rendimiento, prestaciones y precio frente a la competencia.

La serie A, sin embargo, está todavía en una fase muy temprana de desarrollo como para ocupar el corazón de un ordenador incluso a pesar de que el mismo CEO de la compañía, Steve Jobs ya habla de la época Post-PC, con todas las incomodidades que supone para muchos hablar de este término. Apple todavía tiene que hacer mucho esfuerzo en desarrollar sus procesadores en términos de rendimiento para emular la potencia de sus contrapartidas en Intel, aunque cuenta con una ventaja que no tienen otros fabricantes: puede controlar el sistema operativo que se ejecutará sobre estos procesadores, afinándolo (y tuneándolo) para poder obtener el mejor rendimiento. Y eso es algo que ya está haciendo en Mac OS X 10.7 Lion con ese pequeño microsalto hacia iOS.

Quizás el primer procesador de la serie A que se incluya en un Mac sea el A8, un procesador con 4 (u 8) núcleos instalado en series de 1 y 2 procesadores sobre una versión unificada del sistema operativo para todos los dispositivos y ordenadores de la compañía, dentro de 2 o 3 años.

En cuanto al famoso (por rumoreado) rediseño del aspecto de los ordenadores de Apple, junto con la reducción de puertos de comunicación, veremos muy posible una tendencia hacia la reducción de tamaño y a la limitación del hardware disponible de forma interna. La unidad óptica, eliminada del Mac Mini y del MacBook Air desaparecerá en la siguiente generación de MacBook Pro para permitir un diseño mucho mas estilizado, un aumento de espacio para una batería mayor y una reducción de peso. Las gamas de sobremesa puede que necesiten una generación mas para eliminar la unidad óptica, pero está claro que la propia Apple ya ha tomado una decisión al respecto: ya no vende ni distribuye su software usando estos soportes y ha movido, con sus ventajas (e inconvenientes) la venta y distribución a través de plataformas electrónicas. El disco duro como tal solo tardará un poco mas en desaparecer ya que por precio resulta muy complicado en estos momentos disponer de altas capacidades de almacenamiento basadas en memoria Flash, pero la tendencia a que este ubícuo periférico desaparezca resulta también evidente: solo hay que comprobar como fabricantes especializados en discos duros están, desde hace años, diversificando sus modelos de negocio hacia otros nichos como los set-top-boxes o los discos duros basados en memoria Flash (SSD) ya sea como unidades internas o externas, como los servidores para el mercado de consumo (NAS de todo tipo).

Los próximos años van a ser bastante interesantes: Apple actualmente está liderando algo que el resto de fabricantes no han podido, embarcados en una competencia sin cuartel por mantener un buen equilibrio entre características y precio, sus propios modelos de negocio incluso cuando estos implican productos que no compiten por el segmento mas bajo y tienen un precio que los califica como “premium” (incluso cuando a veces no lo son). Pero eso es solo una parte de la ecuación y el éxito de estos modelos descansa también en el software que la compañía diseña y distribuye, que equilibra el hardware y ofrece en conjunto soluciones de importante valor añadido.

Un artículo de Carlos Burges

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Anónimo
Anónimo
12 years ago

Que creo que para la gran mayoría de los mortales no es necesario tener un equipo con 4 cores a chorrocientos Mhz e hipermegas GB de RAM como ha demostrado el hecho de que con un iPad se está haciendo música, video y fotografía con equipos muy modestos comparándolos celos ordenadores de sobremesa. Y no digamos si simplemente quieren acceder a la red y conectarse social y virtualmente.

El viaje se me antoja muy interesante, porque parte de la Ecuación de una app reside en la potencia de la plataforma y parte en la programación. El iPad/iPhone ha venido a demostrar que mucha mucha mucha gente puede ser creativa, puede hacer aquello que quiere hacer, y no solo simples y tristes documentos de texto u hojas de cálculo, con un dispositivo que toca con los dedos y con mucha menos potencia que el equipo que tiene encima de la mesa.

Lo cual me hace pensar que posiblemente mucha gente esté interesada en equipos y configuraciones no tan potentes como los iCore7, con procesadores A(loquesea) pero que la usabilidad les da un plus que no tendrían hasta ahora y, de paso, Apple cierra el círculo que siempre quiso cerrar, control total sobre la plataforma para hacer las cosas sin interferencias de terceros.

No veo esto tan lejos en el tiempo.

Alquimista
Alquimista
12 years ago

Tengo muy serias dudas con respecto al futuro del Mac como ordenador y de su SO. Nunca me ha gustado la idea de trabajar de forma exclusiva ‘en la nube’, ni en la de Apple, ni en la Google ni en la MicroSoft. Entre otras cosas porque nos hace depender de un sistema de conexión a Internet que, en España, es tercermundista en comparación con otros países europeos.

Y me hace dudar mucho cómo será la forma de trabajar con un Mac del 2015, y digo trabajar, no navegar por Internet, escribir correos y cosas así. ¿Cómo será ese Mac-iOS del futuro? ¿Táctil, con ratón, con trackpad? ¿Cómo se trabajará con Photoshop, Dreamweaver, FileMaker, …?
En definitiva, ese 10% de los usuarios que sí sabemos lo que es un ordenador, ¿qué podremos o qué no podremos hacer con un Mac del 2015? Porque si el futuro es un Mac en el que yo no pueda organizar las cosas a mi manera, no sé si será mi ordenador del 2015.

En cuanto al hard comprendo que es un desperdicio fabricar máquinas con ranuras PCI y bahías para discos que nunca se rellenan, así que pasar a fabricar ordenadores mínimos es la opción más clara. Y Thunderbolt puede solucionar la necesidad de ampliar la máquina con esa enorme velocidad, pero entonces nuestras mesas volverán a ser ese caos de piezas, alimentadores y cables que eran hace años.
No sé cómo serán las cosas en 2015 y por lo tanto no puedo decir qué haré o qué no haré, pero si el futuro es como pinta por ahora temo que no me va a gustar.

Anónimo
Anónimo
12 years ago

esto …. ahora que veo este artículo en contexto, vosotros sabíais algo de lo de Jobs, no? Es lo único que le da sentido al post 24 horas después.

Curioso, curioso …

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