Aunque llega tarde en términos temporales, Apple prepara su asalto a la nube de una forma mucho mas ambiciosa que el resto de sus competidores gracias a dos ventajas diferenciales con las que Google o Microsoft no pueden competir: una gran plataforma de hardware perfectamente controlada tanto para dispositivos móviles y ordenadores como una plataforma de software como iOS.
Sin embargo, esto no es suficiente para la compañía de Cupertino, que quiere expandir mas allá su propia visión de lo que es “la nube” y bajo una patente que describe un procesador de textos colaborativo y específicamente, los problemas derivados del trabajo en grupo con un documento de texto, deja ver en el horizonte el desarrollo de una nueva API que permita crear aplicaciones para los navegadores, independientemente de su desarrollador, para gestionar y ejecutar aplicaciones web.
En la patente de Apple se describe una forma de presentar el texto en un navegador que sea consistente en cada uno de los diferentes navegadores del mercado en cuanto aspecto, estructura, tamaño exacto de la tipografía y distribución. Para la compañía de Cupertino la mejor forma de realizar esta tarea, y en general, ampliar esta tecnología de forma que se puedan ejecutar “otros programas” no especificados es colocar una capa de abstracción entre el navegador y los datos recibidos a través de la red
Esta capa de abstracción, diseñada para cada navegador permitiría, en el caso del proceso de textos, mantener una uniformidad del documento de forma independiente al modelo de navegador utilizado. Pero la patente de Apple amplía la visión de esta tecnología mas allá del proceso de textos a otros tipos de aplicaciones o, detallado específicamente por la compañía de Cupertino, “sistemas operativos basados en navegadores”, sin nombrar a Chrome OS pero haciendo especial referencia a la forma en la que Google está distribuyendo su sistema operativo.
A todos los efectos, y simplificando mucho la patente de la compañía, lo que quiere hacer Apple es aprovechar el rendimiento de los navegadores modernos para colocar una “capa” encima de ellos que le permita controlar la forma y manera en la que se ejecutan ciertos programas de la compañía, independientemente del navegador que haya debajo. Lo que puede parecer una pesadilla, es, sin embargo, una acción muy factible por parte de Apple ya que actualmente Webkit, el motor detrás de Safari, está también presente en muchos navegadores y sistemas operativos de escritorio y móviles (incluido Android, Chrome OS y más) lo que le permite a Apple contar con un mínimo de compatibilidad asegurada para esta capa de abstracción que le permita ejecutar aplicaciones.
Esta patente de hecho, independiza el desarrollo de los navegadores para la ejecución de aplicaciones web mas allá de los motores de renderizado incluidos en el navegador y supone, adicionalmente, una forma de poner una barrera ante los desarrollos de sistemas operativos basados en navegadores, en los que la unificación de aspecto y “look and feel” de las aplicaciones es independiente del software que los gestiona.
