XXV aniversario del Mac, por Nacho Niharra

Estamos en el auditorio de un teatro, posiblemente El Gran Teatro del Mundo. Un desfile de individuos grises: todos ellos rapados, todos ellos uniformados con descoloridas ropas talares. Ni una sonrisa, ni una emoción, todos ellos miran hipnotizados y sumisos a una gran pantalla donde el Gran Hermano imparte com voz autoritaria y severa las consignas del día. Es el mundo antiutópico de Huxley que George Orwell recoge y desarrolla en 1949 y, no contento con ello, le pone una fecha concreta: en 1984 el Gran Hermano reinará y ejercerá su dominio y represión sobre un mundo estúpidamente obediente y “feliz” que renuncia a su libertad.

Una atlética joven avanza corriendo. Luce en su deportivo atuendo un llamativo calzón rojo, la única nota de color dentro del anodino y triste espectáculo. Avanza imparable e irrumpe en el teatro. Casi sin detenerse, ejecuta los movimientos giratorios del olímpico lanzamiento de un martillo que se estrella implacable haciendo añicos la gran pantalla, provocando una gran bocanada de aire fresco. Como un Atreyu, Skywalker o Frodo liberador cualquiera, el nacimiento del Macintosh, dice una voz en off, hará que el año 1984 no se parezca en nada a “1984”.

Y así debió ser sin duda pero, por desgracia, en 1984 el mundo no era el global mundo de hoy en el que tales mensajes se difunden con meteórica rapidez.

Era el año 1989 y estaba yo trabajando en una de mis dos empresas favoritas, nada menos que en la poderosa IBM. Como se dice hoy, “probablemente” una de las mejores empresas del mundo. Yo no era un adoctrinador, pero tal vez sí que era yo uno de esos personajes sumisos, adoctrinados por el Gran Hermano. Desde luego, lo que sí estaba era desesperado porque las herramientas que me daban para hacer mi trabajo con eficiencia distaban mucho de satisfacer mis necesidades.

“Solamente recuerda que, cuando no sepas qué hacer, tienes que hacer clic dos veces con el ratón”

Mi amigo Juan, que dirigía el departamento de Information Systems, me decía, “chico, esto es lo que hay y no puedes quejarte, te hemos puesto un IBM PC, lo último de la tecnología, ¿qué mas quieres?”. “Pues mira, probablemente estamos al “top de lo top”, pero yo me siento al bottom del culo; yo no quiero aprender a programar ni Basic ni nada, que bastante tengo con ser competente en mi trabajo; sois vosotros los informáticos los que tenéis que hacer programas para hacer que los “tontos” como yo podamos ineractuar con un ordenador y hacer, sin necesidad de comandos, que mis cartas se lean como tales al imprimirlas, que pueda hacer una presentación insertando imágenes, o dibujos, o barras de colores, o lo que me plazca, sin necesidad de tener que pintar a mano encima de las transparencias, e incluir sonidos, mi voz por ejemplo o la Quinta de Beethoven si me place, que pueda abrir mis documentos sin tener que ir a la chuleta de los comandos, que los pueda archivar de una forma sencilla, gestual; incluso, fíjate, pido sencillamente que lo que yo escriba en la pantalla, y tal como está escrito, sea exactamente lo que salga impreso cuando pulse la tecla de imprimir…..”. Juan me dijo que para eso todavía faltaban años…… tal vez el OS2 en el que estaba trabajando IBM….

La verdad es que yo, en aquel entonces en el Departamento de Personal de IBM, no estaba muy al tanto de ese tipo de tecnologías, pero me sentía verdaderamente frustrado cuando tuve que colorear a mano con mis colegas cientos de transparencias en los que se recogían los resultados del último “estudio de opinión”. Cientos de horas perdidas. ¿De verdad no había solución a todas estas cosas que me ocurrían?

Al rescate de ésa, y de algunas otras menudencias que no son del caso, vino Pedro Riera, un compañero y amigo que a la sazón era el Director General de Apple. Un día me invitó a formar parte de su equipo directivo y yo acepté. Me dijo: “aquí manejamos el menor número de papeles posible. Puedes encender tu Mac y encontrarás todo lo necesario para ver cómo están las cosas en tu departamento”. Le miré con cara de asombro: “¿Me estás tomando el pelo?”. “En absoluto, ya lo verás, solamente recuerda que, cuando no sepas qué hacer, tienes que hacer clic dos veces con el ratón”, me dijo señalando una cosa realmente parecida a un ratoncillo cuya cola estaba conectada a su pequeño SE30.

Entré en mi despacho y encendí mi Mac que, en mi caso, era un modelo reciente, un MacDos con la pantalla de 14 pulgadas en color. Lo encendí y solamente vi un pequeño icono de forma rectangular en el que ponía “Macintosh HD”, nada más. ¿Qué hacer?: ví que cuando tocaba el ratón aparecía una pequeña flechita, así que puse la flechita encima del icono e hice doble clic para ver si efectivamente pasaba algo. Y ocurrió el milagro: “Sésamo, ábrete” debía ser el comando que estaba oculto detrás del doble clic, porque el disco duro se abrió y apareció una ventana en la que, con forma de carpetas, aparecían unos objetos cuyos títulos reflejaban exactamente que me encontraba con los archivos de mi departamento. Ya no tuve que preguntar nada más: a mis deseos en forma de señalar y hacer clic se abrían y cerraban las ventanas, se abrían y cerraban documentos, podía arrastrarlos y ponerlos dentro o fuera de donde sea, crear nuevas ventanas, ¡¡¡nooooo me lo podía creeeeeer!!!

Al cabo de unos días, ya había visto cómo era posible, y hasta qué punto, todas esas cosas que yo planteaba a mi amigo Juan: había escrito e impreso cartas sin necesitar la utilización de ningún tipo de comandos y sin necesidad de una mecanógrafa (por fín una secretaria podría hacer verdaderos trabajos de secretaria), había hecho una presentación insertando dibujos, imágenes, gráficos de Excel (que ya existía sólo para Mac) y hasta un fondo musical. Estaba realmente impresionado.

Dejo para otros la tarea mística de entroncar todo esto con las libertades humanas al estilo del anuncio que he relatado arriba, pero algo hay. Me conformo con decir que el impacto del Sistema Operativo Macintosh (Mac para los amigos) en la potenciación de las personas para trabajar, para aprender y enseñar, para crear en cualquier tipo de formato y para comunicarse entre sí, ha sido, más que importante, crucial.

Y a las pruebas me remito. Porque, me dirán algunos, y entonces ¿por qué el Mac no es el sistema operativo más usado? Y yo respondo: miren ustedes, esa es una buena pregunta que podríamos discutir a partir de ahora. Pero una cosa es cierta: que nuestros amigos de Microsoft, sin entrar en la ética del procedimiento y en la real valía de su obra, no tuvieron más remedio que copiar descaradamente el Mac para poder seguir dominando el mercado. ¿O no?.

Amigos, os deseo que, como yo, sigáis disfrutando de vuestro Mac otros 25 años, al menos.

José Ignacio Niharra (Nacho)

Jose Ignacio Niharra fue Director de Apple España desde 1996 hasta Abril de 2003. Polémico, discutido y respetado, no cabe duda que tiene un punto de vista privilegiado sobre lo ocurrido en Apple en estos años. Puedes leer la interesante entrevista con Nacho allá por 2003 en www.faq-mac.com

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Anónimo
Anónimo
15 years ago

Es un privilegio poder disfrutar de las palabras de Nacho Niharra, una de las personas que han marcado hitos en la historia del Mac en España, en una fecha tan importante.

Gracias Nacho y gracias faq-mac.

Anónimo
Anónimo
15 years ago

que algo tan ordinario como un teléfono, un MP3 y una tienda de música-video en la red le iba a salvar el culo. ¿La chica del martillo sigue corriendo o se jubiló?.

Anónimo
Anónimo
15 years ago

¡Qué sarcasmo que Apple usase la alegoría de 1984 cuando el GH iba a ser la misma Apple! Ese martillo nos dio en los morros a todos.

Y encima todavía hay turiferarios que inciensan a Su Señoría como el adalid de la libertad. >¿Quieres romper las cadenas? Tírale el Mac a la cara a Jobs y cómprate un PC que puedas configurar cómo tú quieras y dónde puedas usar el sistema operativo que te dé la gana, las aplicaciones que más te gusten y los servicios de Internet que más te apetezcan, todos estos que ahora te están vedados, desde laboratorios digitales a administración pública pasando por banca.

Anónimo
Anónimo
15 years ago

Yo configuro mi Mac como quiero. No necesito más. Me sobra.

El sistema operativo que quiero es MacOS X (anda, puedo usar Linux y Windows también).

Tengo las aplicaciones necesarias… y más.

¿Servicios de internet vedados? Ja. He impreso catálogos de fotos en unos cinco laboratorios diferentes y uso a diario la banca con tres bancos diferentes. Ah, y me he hecho la declaración de la renta también. Y todo esto sin arrancar el Windows dentro de mi “maniatado” Mac.

Qué atrevida es la ignorancia…

Anónimo
Anónimo
15 years ago

Muy cierto, que atrevida es la ignorancia.

En mi mac puedo usar el sistema operativo que me da la gana. Además sabiendo que Windows va a correr más rápido que en en muchos PCs. Hago lo que me da la gana i sé que si tengo algún problema no me van a tomar el pelo en la tienda diciéndome “uy, eso es un virus”, la respuesta más sencilla que te sueltan de forma automática para rellenar la caja.

El otro día uno me decía que me habían tomado el pelo por comprarme un Mac, pues es “muy caro”. Es uno que cuando vió mi móvil me dijo que era un “quiero y no puedo” o que sólo concibe la ropa si es de marca (y de las caras). Grandes topicazos entorno a Mac, mucha hipocresía y mucha envídia, amiguetes.

Mientras, yo me rio y disfruto mi mac.

Anónimo
Anónimo
15 years ago

solo puedo decir una cosa, SUB.

Anónimo
Anónimo
15 years ago

Y se gasta el dinero en trapos procedentes de explotancion infantil, que cuadriplican su precio solamente por el nombre, dile de mi parte que deberia mirarse.

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